Día mundial de la información para el desarrollo
Oaxaca, Oax. 28 de marzo 2011 (Quadratín).- Una de las simientes en las que descansa nuestro sistema democrático es la pluralidad que mucho tiene que ver con la tolerancia. Los partidos políticos integran la columna vertebral de nuestra democracia representativa y hasta hace no mucho es que comenzó a cobrar vigencia y especial interés el tema de su democracia interna.
Un partido político es una comunidad de intereses, de visiones, de proyectos. Su misión principal es convertir la representatividad social en representatividad política para imprimir sus principios, su filosofía pues, a los gobiernos a través de la búsqueda del poder ya sea obteniéndolo, conservándolo o recuperándolo.
Los partidos son entidades de interés público constitucionalmente reconocidos, no clubes de amigos, ni amalgama de grupos o intereses. La célula básica del partido es el ciudadano que se afilia voluntaria y libremente y no el sector, la clase, el grupo, la tribu o la burbuja. Miles de expresiones confluyen, en este sentido, en la conformación de esa entidad de la que miles se sienten parte y con la que decenas de miles encuentran un vínculo a través del vocablo militancia.
Cuánto hemos visto en el PRI oaxaqueño, poco tiene que ver con la militancia y mucho está referido a la pugna entre grupos. Pero más allá de ello se hace evidente, palpable la necesidad de un cambio que será oxígeno para los priistas. Pronunciamientos van, medios de impugnación vienen, pero la clase política sobre la que Gaetano Mosca teorizó- es la misma. La nueva generación no ha jugado el papel que le corresponde; en parte porque no la han dejado y en parte porque en ella como en ninguna otra, el desencanto por los partidos políticos es lugar común.
Ello animó a un grupo de jóvenes a integrar una corriente crítica de opinión dentro del PRI llamada Generación 76-93 bajo las siguientes premisas:
Somos priistas nacidos entre 1976 y 1993 y formamos parte de una generación que ha vivido los procesos más difíciles que el partido ha transitado y sin los privilegios comunes a generaciones anteriores a la nuestra.
Asumimos que el PRI oaxaqueño está en crisis; pero estamos conscientes de que las crisis traen consigo la oportunidad de cambio para mejorar.
Declaramos que somos mujeres y hombres, en su mayoría profesionistas y estudiantes que, desde la clase media comprendemos la realidad del partido, sus procesos y sus prácticas. Nuestra participación no se reduce al ámbito juvenil.
Representamos una corriente de jóvenes que quiere dar voz a las miles de familias priistas portadoras de inquietudes, reclamos, propuestas y exigencias en todas las regiones de nuestra tierra.
Estamos ciertos de que el PRI necesita liderazgo, rumbo y cercanía con sus miembros y simpatizantes; la unidad vendrá por añadidura.
Sabemos que en el PRI todas y todos contamos. Existe, sin embargo, una sub representación de nuestra generación en los órganos de dirigencia, en todos sus niveles y en la totalidad de la estructura territorial. Somos, según datos del Instituto Federal Electoral al 21 de enero de 2011, un millón 17 mil 542 ciudadanos de entre 18 y 34 años de edad con credencial de elector, lo que representa el 56.63 por ciento de la lista nominal en Oaxaca.
Aspiramos a lograr un partido que no encasille la participación de nuestra generación en órganos juveniles creados ex profeso. Tenemos formación, capacidad y disposición para integrar, en una proporción razonable, espacios de dirección en el Comité Directivo Estatal, los sectores, las organizaciones, el movimiento, los organismos especializados y los comités municipales.
No buscaremos la confrontación ni señalamientos personales que ahondan nuestras naturales diferencias y el beneplácito de nuestros adversarios políticos. Buscamos la unidad en la diversidad.
Por todo lo anterior invitamos a quienes con nosotras y nosotros coincidan, a sumarse a los esfuerzos de esta generación con rumbo.
Escríbele una carta al PRI es uno de los primeros proyectos. Es un concurso que busca, como su nombre lo indica, que los militantes y simpatizantes de todas las edades plasmen en una carta sus consideraciones respecto del partido en la actualidad y la visión que del mismo tienen a futuro; qué piensan de sus dirigentes, de sus actores, de sus prácticas y de su rumbo después de haber dejado de ser gobierno. Un ejercicio autocrítico de alto valor político para la nueva generación, que tendrá la ineludible tarea de reinventar al PRI.