Quiénes somos | Cipriano Miraflores
Huajuapan de León, Oax. 31 de enero 2011 (Quadratín).- La mañana de este lunes, feligreses, seminaristas, sacerdotes, religiosas, y laicos, despertaron a su pastor diocesano, con mañanitas y canticos, el monseñor Teodoro Enrique Pino Miranda, al cumplirse una década de su llegada como octavo obispo de la Diócesis de Huajuapan de León, que también es conocida como de las mixtecas, porque incluyen en su ámbito partes del estado de Puebla y Guerrero.
El evento social comenzó a las seis de la mañana, en las instalaciones del obispado, ubicado en el centro de la localidad, luego a las nueve treinta horas, en el atrio de la Iglesia Catedral, el prelado recibió los saludos de alumnos de escuelas particulares que funcionan en Huajuapan, entre ellas la Primaria General Antonio de León, Colegio Teresita Martín e Instituto La Mixteca, la de Guillermo y Parres, quienes ofrecieron a Pino Miranda, bailables con bellas estampas regionales.
En su breve mensaje a los asistentes, el obispo, dijo sentirse muy contento de estar en esta tierra, en donde, desde pequeños ya son artistas, grandes genios, en donde hay cultura, con un campo muy desarrollado de valores que se ha cultivado, y que debe seguir cultivándose, aunque, dijo: los ambientes tal vez adversos que hoy se presentan, tenemos que vencerlos, a base de una educación, ya que precisamente, en la educación muy claramente se habla por todas partes que el problema de México es la Educación, pero si no vemos signos concretos jamás venceremos, la ignorancia en muchos campos, y no tendremos en el corazón de los niños y de los jóvenes, los valores propios para salir adelante, sostuvo tajante el jerarca de la iglesia católica huajuapense.
Aseguró que ahora que celebra diez años de su apostolado, está muy contento en esta tierra mixteca y con su labor pastoral, algunos de ustedes todavía no nacían, yo ya estaba aquí, pero antes habían estado otros obispos, yo soy el octavo obispo que ha llegado a estas tierras, en más de cien años que tiene esta diócesis.
Dijo. me siento muy contento, cuando me dijeron Huajuapan, pregunte donde estaba eso, pero ahora ya lo sé, diez años han sido suficientes para recorrer palmo a palmo, cada una de las poblaciones, para sentir ese calor del pueblo, ese alegría y ese gozo, que no logran romper a veces ni la pobreza ni la miseria, porque en verdad, definió el prelado, que el hombre no vale por lo que tiene, si no por lo que es, y cuando verdaderamente se descubre a través de la educación lo que somos, que no solamente decimos somos seres humanos, sino también hijos de Dios, y esa es la gran dignidad que tenemos, aseveró.
Pino Miranda, subrayó, que eso a mí me toca este campo, trabajar, que en su conciencia y en su corazón se grabe profundamente soy hijo de Dios y soy un peregrino, pasaré como han pasado muchos otros, pero quiero dejar una huella en mi paso por este mundo, que me ha tocado vivir, afirmó.
Agradeció a la población estudiantil católico de Huajuapan que acudió a dar sus saludos por la primera década de su permanencia en tierras mixtecanas.
Fotos: Karol Joseph Gálvez López