Matan a machetazos a 2 individuos en la Cañada
Oaxaca, Oax., 12 de enero de 2011 (Quadratín).- La Oficina de Rendición de Cuentas de la Corporación por la Inversión Privada en el Exterior (OPIC, por sus siglas en inglés), una agencia del gobierno de los Estados Unidos, investigan los impactos al ambiente que está generando el proyecto hidroeléctrico Cerro de Oro que ha financiado con 60 millones de dólares en las comunidades indígenas chinantecas Paso Canoa y Santa Ursula, pertenecientes al municipio de Tuxtepec, región de la Cuenca del Papaloapan.
La coordinadora del proyecto de Derechos Indígenas de la organización Servicios para una Educación Alternativa (Educa), Ana María García Arreola, informó que los expertos estadunidenses se encuentran en ambas localidades atendiendo a la denuncia presentada por los habitantes en noviembre del 2010 sobre violaciones de las normas del proyecto y los impactos en el medio ambiente, salud, viviendas, seguridad alimentaria y fuentes de ingreso provocados por su desarrollo.
Expuso que las empresas ejecutoras del proyecto, la estadunidense Conduit Capital Partners y la empresa mexicana Electricidad de Oriente, no han informado a los habitantes sobre el proyecto o sus impactos en clara violación a los criterios impuestos por la OPIC para llevar a cabo consultas con las comunidades afectadas.
Explicó que el desarrollo del proyecto ya tiene efectos perjudiciales porque el cemento se ha filtrado en el agua potable, las detonaciones de los explosivos han dañado casas y las prácticas de adquisición de tierras han afectado la cultura local.
Asimismo, dijo, afectará los ríos y arroyos, las zonas de pesca y los medios de vida y cultura de las comunidades de indígenas chinantecas, asentadas cerca del vaso de la presa construida en la década de los años 80 con financiamiento del Banco Mundial, asentó.
Destacó que las comunidades temen perder el hábitat de los peces y los animales, así como fuentes importantes de agua para uso doméstico, la pesca y el riego.
Comentó que los pobladores se reunieron con el equipo de investigación de la OPIC en asambleas de la comunidad y durante las visitas a las zonas afectadas, y explicaron sus preocupaciones urgentes.
Además, los pobladores mostraron al equipo de investigadores de la OPIC los daños a las casas causados por explosivos, los sitios donde cientos de árboles han sido talados y los daños al hábitat de los animales y plantas.
García Arreola dijo que las comunidades están pidiendo a los investigadores de la Oficina de Rendición de Cuentas de la OPIC ayudarles a obtener información sobre el proyecto y sus impactos, y el respeto de sus derechos.
Tienen la esperanza de los investigadores para que puedan abrir un proceso de diálogo con la empresa para resolver sus inquietudes, concluyó.
Foto: ambientación