Día 23. Por oportunismo, crisis en Ciencias Políticas de la UNAM
Oaxaca, Oax. 30 de diciembre de 2010 (Quadratín).- De aquí al uno de enero, los funcionarios políticos del gobierno de la transición no podrán conciliar el sueño ni se podrán dar el abrazo para recibir el año nuevo, debido a los conflictos políticos que se han suscitado por la integración de las distintas fuerzas al cabildo municipal en varios de los ayuntamientos del estado.
Sean estos de Usos y Costumbres o del régimen de partidos políticos, la integración, reconocimiento o rechazo a algunos de los alcaldes electos se está convirtiendo en un dolor de cabeza para el área política del gobernador Gabino Cué.
La georreferenciación de los conflictos políticos por distritos electorales, la mesa política, las presiones de los representantes de los partidos políticos y la nula habilidad de quienes están encabezando las negociaciones interpartidistas, prefigura lo que en las administraciones anteriores ocurría cada tres años y que hoy no es la excepción; el riesgo de que la situación en los municipios se desborde con delicadas consecuencias para la gobernabilidad del estado.
La lógica sobre la que se mueven, quienes hoy están detrás de algunos conflictos, que muchos frutos económicos y políticos les generó en los regímenes priistas, no puede ser la misma lógica sobre la que se mueva el gobierno de Gabino Cué, eso lo tendrán que entender perfectamente las y los funcionarios del área política, ya que aceptar las reglas que pretenden imponerles, equivaldría a medir la capacidad de respuesta del nuevo gobierno.
David Easton, el politólogo norteamericano, diría que las tensiones al sistema político, en este caso al oaxaqueño, medirán la capacidad de respuesta del propio sistema en esta coyuntura. Lo que queda claro es que los dirigentes sociales y líderes políticos deben entender que con la mano izquierda se ofrecerá diálogo pero con la derecha, el estricto cumplimiento de la ley.
Oaxaca no puede seguir siendo nota roja en los periódicos nacionales, no puede seguirse afectando su imagen a nivel nacional e internacional ya que eso le resta puntos para seguir siendo un polo de atracción turística y de inversión, tan necesarias en el estado para generar los empleos que reclaman miles de oaxaqueños.
A los dirigentes sociales, muchos de los que ya el gobierno conoce, tienen cuentas pendientes con la justicia, tienen antecedentes penales por haber estado involucrado en anteriores conflictos, el gobierno que se precie de dialoguista está también siendo medido por los actores políticos, particularmente el PRI, quien de manera constante se levantará de la mesa del diálogo, pues sabe que al interior del equipo gabinista hay un ala que ya pactó con ellos, el problema es que esa ala es la más cercana y la que mayor influencia mantiene en su derredor.
Esperemos que de aquí al uno de enero los operadores políticos puedan desactivar los conflictos con base en el diálogo y el cumplimiento de acuerdos, la otra opción, señalan los teóricos de la transición es la aplicación estricta de la ley. Mano firme, que no necesariamente es mano dura.
Feliz año 2011