En pausa, los aranceles impuestos entre México y EU: Sheinbaum
Rosy Ramales / Quadratín
Oaxaca, Oax. 24 de diciembre de 2010 (Quadratín).- Vamos pastores vamos, vamos a Belén, a ver al hermoso niño, que acaba de nacer (Gabino Cué), coreaba Benjamín Robles dirigiéndose a los líderes parlamentarios aliancistas Carol Antonio (PRD), Juan Iván Mendoza (PAN), Hita Beatriz (PT) y Margarita García (PC). También a Martín Vázquez (PRI), pero éste se resistía.
Así lo hicieron los pastores aliancistas. Llegaron a postrarse ante el recién nacido en un pesebre todo derruido. No había ni computadoras. Martín solamente se acercó al pesebre dándose a desear con el Mesías, cuyo secretario particular, Jorge Castillo, anotaba las peticiones de aquellos pastores vestidos de manta, entre quienes habían repartido costales de oro para la aprobación de los primeros mandamientos divinos.
Mientras, peregrinos priistas querían entrar al Palacio de Gobierno habilitado anoche para la posada de la clase política oaxaqueña, después de la Noche de Rábanos. Pedían: En el nombre del cielo / os pido posada
Los que ahora están adentro, los aliancistas, encabezados por la Contralora, Perla Woolrich, respondían: Aquí no es mesón, sigan adelante/yo no puedo abrir no resulten tunantes (pillos)
.
Sólo permitieron la entrada de José Antonio Estefan Garfias, merecidamente. Previamente de
Andrés Webster y de Manuel Maza. Los otros priistas seguían torpedeando mientras los aliancistas no metían ni las manos, menos daban un quinazo.
Apenas si el niño se levantó del pesebre para reunirse con los medios como enviándoles el mensaje de ya bájenle a efecto de pasar bien la Navidad. Varios medios rechazaban la estrategia de la publicidad por circulación, audiencia o por visitas a las webs.
Claro, la vocera, María de los Ángeles Abad, vestida de una de las Once Mil Vírgenes, anunció la entrada de Estefan, quien venía encarnando a unos de los tres Reyes Magos, a Melchor. Como Baltazar (el negrito) venía Netzahualcóyotl Salvatierra y como Gaspar, José Zorrilla de San Martín Diego.
El niño regresó al pesebre, donde la directora del Registro Civil, Haydeé Reyes, levantaba el acta de nacimiento: Originario de Oaxaca, no del DF. Ah, el carnal Marcelo Ebrard también estuvo invitado a la posada, habiendo, desde mucho antes, regalado al recién nacido la copia de los programas electorales, perdón
asistenciales (ayuda para adultos mayores, madres solteras, becas, etcétera), que recién aprobaron las ovejitas locales convencidos de que en el 2012 también el rumbo debe de cambiar. ¿Lo pensarían también los panistas?
Después de dos vueltas al Zócalo y tras saltar las vallas, que no se acabaron con el fin del sexenio ulisista, los aliancistas fueron recibidos por el pueblo en Palacio de Gobierno: Entren Santos peregrinos, peregrinos, reciban este rincón, aunque es pobre la morada, la morada, os la doy de corazón
Tan pobre que no había ni para el primer mes de sueldos de los nuevos burócratas, ni para los aguinaldos de quienes se resisten a irse.
Ándale Lalo no te dilates con la canasta de los cacahuates, cantaban los aliancistas dirigiéndose al Secretario de Finanzas, Gerardo Cajiga Estrada, quien, vestido de emperador romano, contestaba: Echen confites y canelones pa los muchachos que son muy tragones.
Y en el patio central del Palacio de Gobierno ya rompían las piñatas. Dale, dale, no pierdas el tino porque si lo pierdes, pierdes el camino, coreaba el pueblo animando al nuevo gobierno a mostrar acciones contundentes, que no dejen lugar a dudas de congruencia y firmeza con el compromiso democrático.
Afuera de Palacio, los priistas también rompían piñatas cantando el mismo estribillo pero en alusión a seguir pegándole al gobierno aliancista. La Secretaria General de Gobierno, Irma Piñeyro, trataba de calmarlos acompañada de sus subsecretarios: Dagoberto Carreño, Oscar Cruz y Fausto Díaz, quienes no iban vestidos de pastorcillos, ni de emperadores romanos, sino de bomberos, prevenidos así para apagar los fuegos enemigos (y amigos) que se avizoran para el uno de enero, día de la transición municipal.
En uno de los patios adyacentes, el joven Secretario del Trabajo, Daniel Juárez, coreaba junto con el convergente Sanginés: Pero mira como beben los peces en el río
beben y vuelven a beber.
Ambos, ataviados con túnicas blancas, planeaban fugarse de la posada a cualquier otro lugar de entretenimiento. Quizá el bonito lugar del arquitecto José Ortiz Escamilla.
¿Y qué creen? En la posada del gobierno aliancista también estuvo el ex gobernador Diódoro Carrasco Altamirano. Se veía muy sonriente, contento, orgulloso, del nacimiento del Mesías, cuya administración necesita de sus consejos.
En la posada corría el rumor de que el artículo 14 de la Ley Orgánica del Ejecutivo fue elaborada ex profeso con fines depurativos tras el cumplimiento de compromisos con los aliancistas. Varios asistentes, ya con algunos ponches bien cargados de ron, discutían dos opiniones: Que permanezca, que sea derogado.
Por cierto, Salomón Jara, Secretario de Desarrollo Agropecuario Forestal y Pesca, trajeado como nunca antes, y hasta oliendo bonito, se la pasó toda la noche prácticamente persiguiendo a Víctor Hugo Alejo, Consejero Jurídico, intentando convencerlo de que carta de pasante es equivalente a titulación.
Estaban tan metidos en esa plática que no los distraían ni los cohetes que en ese momento estallaban en el cielo, casi junto a la hermosa luna llena decembrina. Hasta parecía la Estrella de Belén.
En punto de la media noche se sirvió la cena. Gerardo Albino González, quien sustituyó a Alejandro Avilés, pero ahora en la Coordinación de Módulos para el Desarrollo Sustentable, seleccionó los platillos: Mapache en salsa dulce aliancista, ensalada de tres lechugas con aderezo tricolor, rollos hojaldrados rellenos de democracia, ponche de naranja y vinatería diversa.
La Marimba del Estado amenizaba en esta ocasión, pues no había dinero para haber contratado a algún grupo musical de fama internacional. El titular del IEEPO, Bernardo Vázquez, le daba duro al bailongo con la guapa directora del Instituto de las Artesanías, Gloria Martínez.
Mientras un contingente de la Sección 22 del SNTE los animaba aplaudiendo al ritmo de ¡he!, ¡he!, ¡he!. La posada se prolongó hasta la madrugada.
(Esta es una crónica imaginaria. Regalo para los lectores de Quadratín. Feliz Navidad a todos).