Construyamos un México nuevo
La cultura es cosa muy distinta. Es organización, disciplina del Yo interior, apoderamiento de la personalidad propia, conquista de superior conciencia por la cual se llega a comprender el valor histórico que uno tiene, su función en la vida, sus derechos y sus deberes. Antonio Gramsci
LA MORDIDA:
Cuando a alguien se le ocurrió la supina idea de interpretar los deseos de tener un gobierno diferente en al ámbito de la administración y por tanto impulsar mecanismos de selección de funcionarios mediante el establecimiento de criterios de excelencia, no tomaron en consideración la terquedad de una realidad existente en nuestra entidad. La clase política degradada que gobernó los últimos años, ignorante, corrupta y depredadora por excelencia, no sólo deterioró los sistemas educativos de la entidad, sino que además condenó a la inmensa mayoría de los oaxaqueños a permanecer con bajos índices de escolaridad y exiguos niveles profesionales.
Por ello causó no sólo extrañeza, sino alarma generalizada, el hecho de que los head hunters de los despachos de calidad y excelencia en los que se han soportado muchas de las elaboraciones conceptuales, administrativas y teóricas del gobierno coalicionista, condujeron a promover una reforma de la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo para ordenar y reorganizar a la nueva administración gubernamental, lo que en si representaba ya un avance importante que, sin embargo, incurrió en excesos inconstitucionales como lo dispuesto por el Artículo 14 que dice: Para ser titular de una Secretaría o de los órganos auxiliares de la administración pública estatal se requiere: Fracción III.- Contar al menos con título, cédula profesional o equivalente;
Esta disposición de la Ley secundaria no solo va más lejos de lo que dispone la Ley suprema local, es decir la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Oaxaca, que en sus artículos 68 y 83 en donde se establecen los requisitos para ser Gobernador del Estado, Secretario General de Gobierno y por consiguiente Secretarios, Titulares de organismos descentralizados o Directores, no se contempla en ninguna de sus fracciones o incisos, el requisito de tener título, cédula profesional o equivalente, por tanto, la brillante idea de enmendar la Constitución mediante la ley secundaria, está haciendo pagar al nuevo gobierno la pifia y de no enmendarse a tiempo, mediante su derogación, la fracción III del Artículo 14 de la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, seguirá siendo la peña en el zapato del nuevo gobierno y dejará fuera del ejercicio gubernamental a la inmensa mayoría de los que, con su esfuerzo acumulado de años, construyeron el proyecto de la transición y cimentaron la derrota del régimen autoritario, o al menos que desde los más obscuros rincones de la tecnocracia transicionista, se tenga la turbia intención de consolidar un gobierno de las élites.
LA SACUDIDA:
La dispensa otorgada por el Congreso a la inexistencia del título de la Secretaria General de Gobierno, fue una medida discrecional para enmendar el error cometido por los propios legisladores quienes, sin discusión de fondo de por medio, avalaron y aprobaron la nueva Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, donde se contempla la tan citada disposición Inconstitucional del Artículo 14 Fracción III, por tanto la dispensa debería ser generalizada, para que la norma o criterio del legislador no esté sujeto a los viejos vaivenes del cuánto me das y te dejo pasar, lo cual evitaría que muchos funcionarios que estando en la misma condición, se vean obligados a mentir o falsificar sus documentos y lo que es peor, renunciar por así hacerlo y ser sorprendidos. Los diputados deberían también someterse a la misma prueba, so pena de dejar vacío el Congreso. Legislar no es fácil, simular que se hace, es lo de menos.
EL COLETAZO:
La burocracia es la fuerza conservadora más peligrosa si se independiza de las masas.
A Gramsci.
La transición que inició su andar con la derrota del viejo régimen autoritario el pasado 4 de julio, encuentra en las burocracias del gobierno a un nuevo adversario, las viejas formas de hacer política, el tortuguismo, la improvisación pactada, las novatadas, los criterios de rentabilidad y eficiencia numéricas, así como las viejas prácticas administrativas, clasistas y excluyentes, empiezan a manifestarse y los criterios gerenciales y empresariales inician su predominio en la administración que apenas comienza. A muchos funcionarios se les comienza a olvidar el origen popular del gobierno coalicionista y mareados sobre hojas de papel, ya ven con desconfianza y desde lejecitos a los desarrapados del populacho que buscan en sus nuevos gobernantes, servicios de calidad, con calidez, eficacia y prontitud y la atención de quienes, aun no perciben que gracias a esa gente, al pueblo, a las masas, tienen una oportunidad de servir, un empleo y un proyecto que impulsar; en fin, al tiempo mi querido lector, las aguas vuelven a su nivel y nuestro pueblo pondrá a cada quien en su verdadero lugar y sabrá premiar a quienes bien le sirvan o condenar a quienes se sirvan de él. Porque para eso votaron: por el mandar, obedeciendo.
* Militante de la Izquierda Comunista. Columnista y Analista Político. Cualquier comentario, crítica o mentada a esta no titulada columna, favor de dirigirla a:
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