Un siglo por la paz
Oaxaca, Oax. 17 de diciembre de 2010 (Quadratín).- La imprevista y repentina renuncia del ex diputado local del Partido Acción Nacional, ex delegado federal de la Secretaría de Economía y ex presidente municipal de Tuxtepec, Alfredo Ahuja Pérez debería llamar a la reflexión de los funcionarios públicos que integran el gabinete para que en un ejercicio de ética política y responsabilidad republicana presenten de manera inmediata su renuncia a los cargos a los que fueron nombrados por el gobernador Gabino Cué, en aquellos casos en que no cuenten con el título profesional que la propia ley del servicio público de nuestro estado demanda.
En los cargos públicos en los que no se requiera el título profesional, no sería necesario presentarlos si su capacidad avala el desempeño del mismo.
Pero el debate no debe centrarse en la experiencia, capacidad o eficacia de los funcionarios que ocupen un cargo público, sino en el estricto cumplimiento de la ley, ya que lo contrario, pone en entredicho la voluntad del propio Ejecutivo local de transparentar las acciones de gobierno. De ahí que aquellos funcionarios que hayan sido nombrados y no cumplan con lo estipulado en la propia ley que el Congreso Local aprobó, deberán asumir su responsabilidad y aportar a la causa de un gobernador que no puede seguir siendo dañado en su imagen por colaboradores carentes de la mínima ética política.
Los funcionarios que acompañan hoy a Gabino Cué en la responsabilidad de gobernar Oaxaca e impulsar la transición, demostrando con ello que las coaliciones electorales pueden contar con gobiernos eficaces, tienen que entender que el gobierno enfrentará retos políticos que van más allá de las fronteras oaxaqueñas y de su pertenencia a un partido político. Pensar que su posición al interior del gabinete se da simplemente a partir del papel que ocupan en la estructura partidaria del instituto político al cual pertenece, es un craso error.
El PRI en su papel de partido opositor aprovechará estos errores de primer grado para señalar que los gobiernos de transición son un fracaso y no tienen futuro en la expectativa que levantan las alianzas electorales del próximo año. Al PRI le interesa demostrar, a contrariu sensu de lo que hacen los promotores de las mismas, que los gobiernos emanados de las coaliciones entre partidos de diverso signo e identidad política no podrán darle gobernabilidad a los estados en que dichas alianzas triunfaron.
Está en juego la presidencia de la República y la entidad clave en la que se viene trabajando de manera intensa una alianza electoral que es el Estado de México, busca demostrar con todas las armas a su alcance que los beneficios de los que se habla no se concretarán en el corto plazo.
Oaxaca y el triunfo de Cué es clave como imaginario político, como discurso persuasivo para una sociedad que estaba a la expectativa del retorno del PRI a Los Pinos, de ahí que los colaboradores del gobernador deberán entender que su permanencia en el cargo se deberá dar a partir de los resultados que puedan presentarle.
Para la transición oaxaqueña es un riesgo que quienes integran el gabinete no puedan demostrar las documentales públicas que avalen la conclusión de una formación profesional que la misma ley les exige.
Los partidos políticos y sus dirigentes, representantes populares, pero sobre todo, los ciudadanos desean conocer, saber quiénes dirigen los asuntos públicos. Retomo palabras más, palabras menos, algunas palabras del maestro Enrique Cabrero que con frecuencia nos repetía en el salón de clases en el CIDE, la administración pública del futuro, requerirá de cuadros técnicos capaces de presentar políticas públicas sustentadas en el conocimiento racional que de la misma tengan sus miembros.
Por otro lado, valdría la pena preguntarse ¿quién fue el responsable de no checar los documentos que avalan la formación de cada uno de los integrantes del gabinete?
Es momento ya de que Oaxaca cuente con un Centro de Control y Confianza para acreditar a los servidores públicos, no puede presentarse otro hecho similar. Primero fue la Secretaria de gobierno y sus subsecretarios que no pudieron más que por acuerdo político acreditar su experiencia, ahora fue el ex presidente de Tuxtepec y panista connotado ¿quién o quiénes seguirán?