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Oaxaca, Oax. 20 de noviembre de 2010 (Quadratín).- Al cumplirse este 20 de noviembre el Centenario del inicio de la Revolución Mexicana, el gobernador electo, Gabino Cué, llamó a los oaxaqueños y oaxaqueñas, sin distinción, a honrar la memoria de quienes ofrendaron su vida y empeñaron su talento y convicción por dotarnos de una Nación diferente, con un mejor sistema de vida e instituciones que a lo largo de un siglo se han ido renovando para el bienestar de toda la población.
Los oaxaqueños todos, destacó, tenemos que poner lo mejor de nosotros para engrandecer esta causa que particularmente en Oaxaca sigue vigente por su condición de abandono y rezagos en muchas materias.
Esto nos obliga refirió- a no descansar hasta hacer realidad plena las luchas por la justicia, el desarrollo, la igualdad, la libertad y la democracia, que han sido banderas de varias generaciones en la Independencia, la Reforma, la Revolución y la época contemporánea.
Los oaxaqueños tenemos mucho que festejar en esta fecha emblemática, luego de conquistar la alternancia empujada por todos y todas, expresó, después de ocho décadas de un régimen monolítico y excluyente como guardando las proporciones- sucedía en 1910.
Sin embargo, para el mandatario electo la pura remembranza no es suficiente: El proceso revolucionario iniciado en 1910 nos llama a pensar en los pendientes en materia de justicia social que todavía existen en Oaxaca.
El próximo mandatario estatal indicó que hay una cauda enorme de rezagos que atender y por ello no debemos bajar la guardia.
Manifestó que en esta etapa de transición que hemos decidido construir juntos no debe haber egoísmos ni ánimo faccioso alguno, tenemos que jalar parejo para apoyar a nuestros hermanos y hermanas que viven en medio de carencias.
Es imprescindible avanzar junto a las comunidades ancestralmente marginadas y que ahora, sin duda, esperan un gobierno que no solo voltee a mirarlos, sino que apoye verdaderamente los proyectos de desarrollo que desde ahí se plantean, agregó.
Por ello, indicó enfático: Si Zapata, Villa, Flores Magón y Madero, al lado de miles y miles apuntaron hacia la posibilidad de un nuevo modelo de Nación, es nuestra responsabilidad hacer realidad las banderas de justicia, de lucha por la democracia y libertad por las cuales un millón de mexicanos ofrendaron su vida en el proceso revolucionario.
La ciudadanía oaxaqueña votó el cuatro de julio pasado, recordó, por la creación de gobiernos no solo resultado de elecciones limpias y transparentes, dotados de una amplia legitimidad, sino por nuevas instituciones y un nuevo modo de hacer política que le asegure una mejor convivencia, con mejor seguridad, mejor educación, salud, fuentes de trabajo y un destino que les evite abandonar su tierra.
El nuevo gobierno no debe fallar a estas expectativas y para ello en los meses posteriores al triunfo hemos venido trabajando para presentar un Programa de Gobierno y un Plan de Desarrollo que responda a las demandas más sentidas de la población, expresó, para luego reiterar su firme compromiso de encabezar un gobierno austero, honesto y eficiente que en los hechos haga posible el cambio.
Para Gabino Cué, vienen nuevos y mejores tiempos en Oaxaca, porque Oaxaca es de todos y de todos es la responsabilidad de que salga adelante y se empareje por lo menos a los índices de desarrollo que tienen otras entidades de la República.
Para el futuro mandatario, la evocación del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución ha acompañado este año 2010 la lucha de los oaxaqueños y oaxaqueñas por la democratización de la sociedad por la vía pacífica, del voto. Todos participamos en una revolución pacífica, de ideas. Al cerrar esta década, corresponde a todos, juntos, sin exclusiones ni revanchas, construir ahora la sociedad que queremos.
El movimiento comenzado por mexicanos valientes y visionarios, por hombres y mujeres que cambiaron el curso de la historia y forjaron nuevas instituciones, tiene sus frutos ahora en un ánimo renovador, de cambio, para construir juntos una nueva historia, sentenció el próximo mandatario estatal.