Economía en sentido contrario: Banamex
Oaxaca, Oax. 18 de agosto de 2010 (Quadratín).- Este martes, Gabino Cué nos ofreció una muestra de lo que será su gobierno: mandar obedeciendo.
Parece un ejercicio simple que, sin lugar a duda, llevará a los oaxaqueños a profundas reflexiones que empezará por denunciar abusos de autoridad, carencias de servicios, obras inconclusas, impunidad en la comisión de delitos, corrupción de funcionarios estatales y presidentes municipales, inseguridad, ingobernabilidad, etcétera, etcétera, un rosario de calamidades, que se convertirá de una catarsis en la fuente del diagnóstico necesario para un Programa de Gobierno.
Fundamental será también reflexionar en el qué hacer, cómo hacer, con qué hacer, en qué tiempo hay que hacer y quién debe ser el responsable, de hacer y cómo medir su cumplimiento. Recordemos la máxima que orden que no se verifica es una orden que no se cumple. No toda propuesta será viable, pero habrá acuerdos básicos para la gobernabilidad, la educación, la seguridad, la pobreza y el desarrollo.
Este ejercicio participativo requiere de dos premisas fundamentales, la primera que Gabino ya declaró que es su voluntad de escuchar las muy diversas voces de la sociedad, sin distingos partidistas, ni religiosos, ni de preferencias u orientaciones ciudadanas y que gobernará de abajo hacia arriba; y, la segunda, nos toca a los ciudadanos, el de ser capaces de construir acuerdos y consensos, para que gobernante y gobernados, salgamos en una sola voz, a construir el cambio por el que decidimos el pasado mes de julio.
Por ello, cuando se habla de la entrega recepción, es válido reconocer dos momentos, el primero que se dio en las urnas, donde le entregamos nuestro voto y confianza a Gabino; y en este, ejercicio de consulta, será la segunda ocasión, que deberemos refrendar su triunfo acudiendo a todos los medios anunciados para ayudar a construir un diagnóstico a profundidad, que sea la base para delinear un proyecto político de largo aliento.
Tal vez todos los males de Oaxaca y las muchas recetas sean conocidas. Sin embargo, no debemos perder de vista que lo que Gabino está haciendo es llevar a la realidad un ejercicio de planeación democrática y participativa que tanto han demandado los pueblos y comunidades indígenas y que está consagrado en el Convenio 169 de la OIT y en el artículo 2º de la Constitución de la Republica, que se refieren al derecho a la consulta previa, libre e informada. El reto será que se logren los acuerdos y consensos necesarios para construir propuestas claras, concretas y viables de lo que deberá ser y hacer el nuevo gobierno.
Gabino requiere de todos los oaxaqueños, de todas sus expresiones y colores. Sin embargo, el cambio lo tendremos que hacer cada uno de los oaxaqueños en nuestra vida diaria, con la convicción de que lo que en verdad deseamos es un Oaxaca de oportunidades, de éxitos, de justicia, de paz, de progreso.
Sólo uniendo voluntades, saberes y experiencias, sacaremos de la tragedia al Oaxaca de nuestros amores y el nuevo gobierno entonces si podrá obedecer a cabalidad el mandato supremo de sus ciudadanos.