Quiénes somos | Cipriano Miraflores
Huajuapan de León, Oax. 16 de agosto de 2010 (Quadratín).-Cientos de feligreses llegan al santuario del Cristo Moreno en su advocación del Señor de los Corazones para refrendarle su devoción.
Peregrinos, procedentes de la Unión Americana, domingo a domingo abarrotan las celebraciones eucarísticas que oficia ex profeso el párroco Porfirio Franco Ortiz Osorio.
Los devotos manifiestan su fe y devoción, al histórico Cristo moreno; uno a uno van acercándose al pie del altar mayor, estar cerca impone e impacta esta escultural imagen del crucificado.
Ahí, los creyentes le rezan breves oraciones, le expresan sus sentimientos de dolor, ternura y amor, escasos dos minutos son suficientes.
En ese lapso de transfusión, un peregrino eleva su petición de ayuda divina, de un grande favor, momentos de agradecimiento, en ello se concierta la fe y devoción.
Llegar de lejos para orarle al histórico Cristo de los Huajuapenses, es refrendar el amor, el cariño y la devoción, porque es la imagen del nazareno, afirmó Emilio Ramírez Osorio, migrante mixteco que regreso temporalmente al suelo de la tierra del sol.
Mientras que Josefina Garrido Díaz, indicó que el Señor de los Corazones, cuya fe y devoción ha rebasado fronteras, porque en la Unión Americana, entre los emigrantes mixtecos, aflora la admiración, respeto y devoción a la sagrada imagen.
Allá se cuenta de una larga jornada de guerra de independencia, cuyo episodio se escribió en la entonces Ñuú Dee; los mixtecos, platican del heroísmo de los insurgentes que resistieron una cruenta guerra, por el territorio mixteco, y fue precisamente la ayuda que prodigo el Cristo moreno, se alzó con la victoria de 111 días de resistencia.
Desde entonces, los nativos reconocen la gran ayuda divina que llegó a los insurgentes por intercesión de esta imagen del Señor de los Corazones, sostuvo la también migrante de origen mixteco.
La fe ha hecho venir a los emigrantes al suelo Huajuapense, propios y extraños, llegan con respeto, fe y devoción, al santuario del Sagrario Diocesano, para adorar a tan impresionante imagen, llegando presurosos, escuchan misa, participan en los actos de solemnidad, unos toman comunión, otros se inmersan en oraciones, algunos otros solo quedan atónitos por la belleza inigualable del crucificado.
Feligreses, peregrinos y devotos se funden en un mismo amor y ternura, en la hora de las letanías y alabanzas que se entonan durante la misa; mañanas, medio día y al anochecer, cientos de almas abarrotan el templo, la emoción invade, las lágrimas brotan y corren en el rostro de un par de féminas.
Un leve sollozo en silencio, otro grupo de rodillas, cerca de la puerta de entrada, flores y veladoras en sus manos, rosario y estampas forman el glosario de ofrendas, al unísono el cantico de los corazones, Huajuapan te aclama, con toda su fe. Mientras que los infantes, inquietos, en ocasiones desesperados, apelan a la salida, pero las madres, los colman de caricias, besos de ternura, y como que les hablaran que están en la casa de Dios, el Cristo Moreno, los mira desde lo alto del altar, pendiente del madero.
Una mañana dominical, tal pareciese singular, pero no lo es, porque es día de fiesta para los emigrantes devotos del Señor de los Corazones, un día de visita formal, de cumplir con la manda, día de hacer una petición especial, y porque no, el cese de la ley Arizona SB 1070, porque es una ley racista, externaron los devotos entrevistados.
Hombres, mujeres, niños y adolescentes, refrendaron su fe y devoción, le entregaron sus peticiones de viva voz, o a través de oraciones, solo instantes de minutos la bastaron para hincharse de fe, de ternura y de gozo.
El lo alto del madero, el moribundo crucificado expira lentamente, cuyo reflejo se aprecia a lo lejos en su rostro, el pecho sangrante brotan aun líquido emético con agua, tres claves lo sostienen colgado, dos en la palma de las manos, con brazos extendidos, y otro más, en los pies sobre puestos, es el Cristo Moreno de los huajuapenses, de quien son devotos, a quien cada día acuden en su sagrario a pedir ayuda divina, por lo que eternamente son agradecidos, porque los sacia de favores que le encomiendan, y este domingo no fue la excepción de estar cerca, de tocarle los pies con sus labios en señal de agradecimiento, devoción y respeto.
Foto: Karol Joseph Gálvez López