La Constitución de 1854 y la crisis de México
** .. .Los comunistas apoyan en todas partes, como se ve, cuantos movimientos revolucionarios se planteen contra el régimen social y político imperante. En todos estos movimientos se ponen de relieve el régimen de la propiedad, cualquiera que sea la forma más o menos progresiva que revista, como la cuestión fundamental que se ventila. Finalmente, los comunistas laboran por llegar a la unión y la inteligencia de los partidos democráticos de todos los países. **
Karl Marx.- El manifiesto
Oaxaca, Oax. 29 de julio de 2010 (Quadratín).- Quienes participamos en la lucha por lograr la instauración de las libertades políticas desde la década de los 70´s, por la conquista del poder político del Estado y el desmantelamiento del régimen autoritario y enfrentamos con valor, decisión e inteligencia al todo poderoso sistema político desde la trinchera de las formaciones políticas de la izquierda, como el glorioso y heroico Partido Comunista Mexicano, el PSUM, el PMS y hoy el PRD, pasando por la lucha armada y optando finalmente por formas de lucha electoral democrática a través de los partidos y la competencia electoral; quienes durante varias generaciones heredamos una lucha de décadas en la que ofrendaron su vida miles de mexicanos y decenas de oaxaqueños, seguimos hoy en pie de guerra en pos de la democracia y el socialismo, cuya consecución pasa, necesariamente, por la alternancia en el poder político y la transición democráticas en su etapa inicial.
Sabemos que dentro de los marcos del sistema capitalista y las reglas de la democracia censitaria y representativa, la participación electoral permite la más amplia difusión de las ideas, el debate franco y abierto de los proyectos políticos y la confrontación de las distintas concepciones ideológicas y programáticas en torno a los grandes temas que atañen y afectan a la población que aspiramos a conducir y dirigir hacia su autogobierno en un sistema de producción e intercambio distinto, con un régimen político nuevo y, consientes a la vez, de que este conjunto de acciones permite la acumulación de fuerzas y la toma de conciencia de las masas, para alcanzar estadios superiores de bienestar y elevar su calidad de vida, darse nuevas instituciones democráticas y participar de manera activa en la toma de decisiones de los asuntos del Estado, participamos de manera decidida, con generosidad y vocación revolucionaria a la construcción de la más amplia alianza de fuerzas políticas y sociales que, traducida en una Coalición opositora, terminara el pasado 4 de julio con la derrota electoral del viejo régimen autoritario que durante 81 años impuso su dominio hegemónico en la vida pública, política, administrativa, social, económica y cultural de Oaxaca.
Esto no hubiese sido posible sin un escenario de profundo agotamiento del sistema político oaxaqueño, de la ruptura final de la clase gobernante, corrupta hasta la medula, cínica e ignorante, impune y delincuencial del priato y de la suma de voluntades políticas diversas, más allá de sus diferencias ideológicas y sobre todo, del amplio despliegue y movilización de la población en general, particularmente de los más pobres y desprotegidos, de los trabajadores, la clase media, sus intelectuales, los maestros y los medios de comunicación, y desde luego de un liderazgo que, por encima de las contradicciones partidarias, se consolidó como un factor de esperanza y de cambio que demandaban los oaxaqueños, encarnado en una candidatura común mediando coalición y posteriormente, en una realidad triunfante de la que se espera traiga la unidad, la paz y el progreso para todos los oaxaqueños y se convierta a la vez, en la punta de lanza de los cambios democráticos que el país necesita, para salir del interregno de la transición estancada en que se encuentra la república.
Es la hora de consolidar esos anhelos, de poner en juego la inteligencia, el talento del quehacer político, las capacidades profesionales y técnicas, la suma de voluntades y esfuerzos para remontar décadas de atraso, marginación, pobreza y abandono de nuestro pueblo; es la hora de poner en juego nuestra vocación de servicio, sin mezquindades, sin exclusiones, con pluralismo y tolerancia, llevando por delante las historias personales, la ética política, la honestidad ´probadas, la integridad y la congruencia en el decir y el hacer, en el predicar y el vivir, para que nuestro pueblo escoja a sus mejores hombres y mujeres en la complicadísima tarea de ejercer el servicio de gobernar y mandar obedeciendo.
Por ello es necesario que el gobernador electo, con todo el peso y el valor que le otorgó el bono democrático de los ciudadanos, con sensibilidad política, con el tacto y el talento de estadista, tome las mejores decisiones para evitar que el arribismo y el oportunismo político desvíen desde el principio el tren de la transición, cerrar el paso a las viejas prácticas clientelares y corporativas, al amiguismo y el compadrazgo, al cobro de facturas personales, a la insidia y la calumnia de sus adversarios para minar a sus colaboradores y compañeros de proyecto, es una tarea a la que está obligado para transitar el difícil pantano de la tentación autoritaria y la simulación, para poder construir nuevas reglas del quehacer político, nuevas formas y métodos de gobernar con y para sus gobernados. Es la hora de la gobernanza democrática.
De nuestra parte, quienes nos agrupamos en las vertientes del pensamiento comunista y socialista, pondremos nuestros mejores esfuerzos, como lo hemos hecho durante décadas, en pos de las mejores y más sentidas causas de nuestro pueblo trabajador y defenderemos con todo, los objetivos, estrategias, metas y acciones de un gobierno democrático y la lucha por la justicia, la libertad y la igualdad.
**LA CRITICA ES MI LANZA, LA VERDAD MI ESCUDO Y EL SILENCIO MI TUMBA. CLE**