Las participaciones federales entran a subasta
(I)
Oaxaca, Oax. 13 de junio de 2010 (Quadratín).- En las pocas ocasiones que el candidato del PRI, Eviel Pérez Magaña, ha intentado dibujar un escenario gobernando Oaxaca sin la incómoda sombra de la burbuja ulicista, ha expresado su disposición de construir su propia historia.
El (URO) construyó su historia y yo estoy construyendo la mía, creo que ese (el conflicto magisterial) es uno de los temas principales, seguramente habrá habido más (errores),pero ahorita a la mente no se me viene ni uno más ( El Imparcial, junio 11 del 2010). Eso declaró el pasado fin de semana a un diario local, y eso mismo expresó a un grupo de periodistas con los que convivió recientemente en un hotel de Bahías de Huatulco.
Es evidente, que, a contrario sensu de lo que hace seis años ocurrió con el entonces candidato a la gubernatura, Ulises Ruiz Ortiz, con respecto al gobernador y coordinador de su campaña, José Murat, la autonomía e independencia de Pérez Magaña se ha visto seriamente acotada por el proyecto transexenal del gobernador en turno que se juega en esta campaña no solamente el control político de una entidad sino su propia futuro personal a corto y mediano plazo.
Es vox populi que Pérez Magaña prácticamente no tuvo posibilidades, como en la época de oro del sistema político mexicano se estilaba, de proponer y designar candidatos a las diputaciones locales y presidencias municipales; en cambio fue público y notorio la injerencia de los políticos más cercanos a URO, entre ellos Héctor Pablo Ramírez Puga, Elpidio Concha, Antonio Iglesias y Jorge Toledo, entre otros, para prácticamente imponer como candidatos a esos cargos a sus amigos, novias, cómplices y efebos.
Por eso suena interesante el mensaje que entre líneas envía ahora Pérez Magaña: yo estoy construyendo mi propia historia. Que difícilmente implicará ruptura, cambios radicales con el viejo régimen porque el también forma parte de esa estructura, pero que abre la posibilidad que, por principio, se resista al continuismo y a la instauración de un maximato. Abre también la puerta para que, contra lo que se comenta en cafés y en la tienda de enfrente, si gana y puede sentarse en la silla del águila, defina su propio estilo, construya su propio grupo y, en las circunstancias de crisis social y política que vive Oaxaca, se atreva a hacer suyo muchos de los reclamos políticos y sociales que en esta temporada electoral, se escuchan entre los partidos de oposición y organizaciones de la sociedad civil.
Por supuesto, hará falta algo más que voluntad política y promesas de campaña, para empezar a tomar distancia del pasado. Antes, habrá que pasar la prueba de las urnas y de la legitimidad. Y en esa ruta la moneda sigue en el aire.
¿POR QUÉ HASTA AHORA?
Convocados por la Coordinación de Comunicación Social del gobierno del estado, la noche del viernes 18, un selecto grupo de reporteros y columnistas de los medios locales participaron de un sorpresivo convivio con el gobernador Ulises Ruiz Ortiz.
No fue para algo específico pero flotaba en el aire las declaraciones hechas a MVS por la periodista Ixtli Martínez sobre sus malas relaciones con el gobierno de Oaxaca. Y se comentó este asunto como también sobre el enfrentamiento ocurrido en la facultad de Derecho, el proceso electoral, etcétera.
Sorprendido porque durante todo el sexenio reuniones como éstas se contaron con los dedos, un colega preguntó: ¿Por qué hasta ahora?
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