
México cambiará para siempre el uno de junio
Oaxaca, Oax. 20 de mayo de 2010 (Quadratín).- Nuevamente la sección XXII del magisterio se apresta para emprender su jornada de movilizaciones y previsiblemente, como ha ocurrido en los últimos 30 años, reeditará los mismos métodos de presión en sintonía con un discurso político ya bien conocido.
Es indudable que desde su consolidación como un actor político real, la sección XXII se ha constituido como un factor indispensable a considerar para entender la realidad político social del estado, sin embargo y precisamente por las repercusiones que tiene su actuar para el conjunto social, es obligado hacer el contraste de sus métodos con su contenido programático para propiciar el debate hoy ausente- que conduzca hacia alternativas novedosas que permitan escapar al entrampamiento de conflicto y confrontación que le significan un alto costo para Oaxaca.
La XXII ha consolidado una serie de mitos sobe las cuales descansa toda su andamiaje ideológico y político, mismos que actualmente se revelan como su principal lastre para encarar el futuro, desgastados por la ausencia de autocritica y las contradicciones de sus dirigentes.
Y es que hoy a las personas y las instituciones se les debe juzgar no por las ideas que dicen profesar -o en efecto profesan- sino únicamente por sus actos.
Porque el divorcio entre ideas y hechos es tan antiguo como las ideologías mismas. André Malraux lo expresa al decir curiosa época esta, dirán de nosotros los historiadores del futuro, ya que en ella la izquierda no era la izquierda, la derecha no era la derecha y el centro no estaba en el medio.
La palabras se vacían de su contenido, izquierda, revolución, democracia, justicia pueden justificar lo que cada actor anhela para sí, por eso hoy más importante que analizar lo que dicen, es indispensable juzgarlos por lo que hacen.
La sección XXII, está plagada de un discurso incendiario, supuestamente contestatario y crítico, pero que se ha mostrado incapaz de articular propuestas viables de solución a los problemas que denuncia, un discurso que desterró el debate de las ideas y la ética entre sus filas, no hay revolución en la revolución como planteara Troski, no hay visos reales de replantearse el costo de las estrategias de lucha de cara a la sociedad, es mas no existen puentes de comunicación con el pueblo que se dice defender.
En su lógica maniquea y para confort de sus dirigentes, esta crítica aquí escrita, como cualquier otra está equivocada, es burguesa, alienada y por tanto errónea, pero justamente por esa negación al debate de ideas, a la discusión de argumentos, como nunca está más claro el grado de descomposición que arrastra consigo el llamado magisterio democrático.
Nada peor que seguir sumidos en este animo redentorista, infalible, investidos de una supuesta superioridad moral que se desprende de los altos ideales que se dicen defender -pero que en el ejercicio no corresponden en nada a la realidad- para no ver ni corregir las supurantes heridas que arrastran y que también hieren a toda la sociedad oaxaqueña.
Esa es la postura que pretende no darse cuenta que la sección XXII se encuentra secuestrada en su propio discurso de autoconsumo para esconder la terrible corrupción de sus dirigentes, que los mas radicales solo lo son de palabra, prestos a la acción inmediatista, pero para cotizarse más a la hora de cobrar por negociar.
Es no querer ver que no se es progresista y democrático como un acto de fe, y que hoy justamente la XXII juega consiente o inconscientemente un papel retardarío para la democracia y el desarrollo de Oaxaca.
Que es una izquierda fosilizada que no ha asumido ni dialogado con el mundo donde hoy las izquierdas modernas ya no recurren a las movilizaciones estériles, que dialogan, toleran y negocian con ética y transparencia, pero fundamentalmente están pensando en el pueblo; que de nada sirve un discurso que supuestamente quiere transformar el mundo pero no puede transformar su propio ámbito comunitario y regional y eso no significa que defendamos el neoliberalismo terrible ni a la derecha facciosa que hoy nos malgobierna.
Es claro que el neoliberalismo implantando desde los 80´s ha significado la perdida de la soberanía para nuestro país y la agudización de la brecha económica entre la sociedad y que la llegada de los gobiernos de derecha carentes de sentido nacionalista y social solo han vuelto más precarias las condiciones de seguridad, alimentación y oportunidades para el pueblo, pero justamente en la transformación de esta realidad es donde se percibe mas la ausencia del papel de la sección XXII, cuyas demandas encasilladas en un sentido estrictamente gremialista, no cambian en lo absoluto la realidad social de nuestro estado.
Cuando veremos a la XXII haciendo una alianza con los empresarios locales para unir fuerzas por la entidad, cuando los maestros iniciaran el proceso que de transparencia a las finanzas que reciben del estado y usufructúan sus lideres, cuando se permitirá la disidencia ideológica sin sancionar ni perseguir, cuando permitirán la evaluación imparcial y propositiva que permita incrementar la calidad y modernidad de la educación, la realidad latinoamericana reciente ha demostrado que trascendiendo la protesta reactiva a las propuestas socialmente activas se puede hacer frente exitosamente a la globalización.
No se puede reclamar el mejor de los mundos posibles, luchar con el neoliberalismo en abstracto cuando en lo real e inmediato se lacera de manera efectiva a la niñez.
Si realmente se cree en la democracia esto implica establecer puentes de diálogo con todos y sobre todo desterrar del imaginario la violencia como ejercicio político, reconocer que no existe violencia buena o justa, por más revolucionaria que esta sea, la XXII públicamente tendría que establecer un compromiso con la sociedad para señalar que cualquier método que implique violencia no está más en su ideario, que su herencia ideológica tan nutrida de ejemplos de violencia buena se queda en el siglo pasado.
Y que realmente asume que esta ante nuevos retos que exigen reinventar respuestas, que hoy sus batallas son por el ejercicio transparente de la administración de recursos públicos, porque las tecnologías de punta sean instrumentos de crecimiento en las comunidades, por una niñez con mejores herramientas para transformar la calidad de vida de sus familias y sus comunidades.
Evidentemente esto implicaría su propia reformulación, no se puede pedir democracia y transparencia cuando la XXII es el refugio del estilo más estalinista y vertical en el ejercicio de poder, cuando la corrupción de los dirigentes es tan grotesca, que encontró el perfecto equilibrio del cinismo entre vociferar el discurso más radical y llenarse los bolsillos sin límites y donde la ética solo sirve como un arma para juzgar a los otros, pero nunca así mismos.
Hoy en día, los maestros de la sección XXII deben tener claro que juegan un papel reaccionario, que como nunca son más funcionales al estado, a la derecha y no a la sociedad y que precisamente entre más radicales sean su discurso y sus acciones sólo fomentan más el juego perverso que proporcionalmente sólo beneficia a sus líderes y al atraso del pueblo que dicen defender.
TIRO DE PRECISIÓN: Aunque parezca chascarrillo el comentario hecho en una conferencia de prensa sobre el compromiso adquirido por Gabino Cué de nombrar Secretario de Finanzas a René Bejarano en un incierto que encabezara no deja de tener jiribilla y una buena dosis de verdad.