La arquitectura sustentable más que una opción, es una necesidad
Oaxaca, Oax. 10 de mayo de 2010 (Quadratín).- Secuestrado por la burbuja ulicista y acotado fuertemente para promover a sus amigos en cargos de elección popular, el candidato del PRI, Eviel Pérez Magaña, intenta ahora, en el arranque de su campaña, romper con las inercias del ulicismo y definir una agenda propia. De ahí que empiece a insistir en temas como la transparencia, la rendición de cuentas y el respeto a los derechos humanos. Nada menos, y nada más.
Como discurso suena interesante y hasta parecería que con ello empieza a tomar una sana distancia de quien lo designó candidato. Sin embargo, para que sus promesas de campaña empiecen a tener cierto sustento y credibilidad, EPM está casi obligado a enviar señales de que esa puede ser una de las rutas del nuevo sexenio en el caso de que resulte ganador.
Ya Gabino Cué, candidato de la coalición opositora, ha propuesto en la agenda electoral de quienes aspiran a gobernar Oaxaca, cuatro debates y la declaración pública de los bienes muebles e inmuebles que poseen.
En una primera reacción, Pérez Magaña rechazó los debates, pero luego, en entrevista con Noticias, se mostró más mesurado y dejó correr la posibilidad de que eso pueda ocurrir. Sin embargo difícilmente el verdadero coordinador y jefe de su campaña lo dejará debatir con Cué y las otras dos candidatas a la gubernatura porque en el grupo gobernante y la cúpula del PRI lo que hasta ahora prevalece es el triunfalismo y las cuentas alegres sobre los resultados de las elecciones de gobernador, diputados y concejales.
Se asume, además, que para ganar Eviel no necesita debatir con nadie porque ya la estructura territorial del PRI y los recursos económicos del gobierno del estado le tiene asegurada la victoria y uno o dos debates le pueden restar votos y reforzar el posicionamiento que hasta ahora tiene el candidato de la Coalición Unidos por la Paz y el Progreso, Gabino Cué.
En lo que lleva de su campaña, Pérez Magaña ha insistido en el tema de la transparencia y rendición de cuentas como ya desde su precampaña, y aún mucho antes, lo había expresado como prioritario para Oaxaca Cué Monteagudo.
Y por eso mismo el candidato de la coalición PRI-PVEM debe, como apuntaba al principio de esta columna, enviar señales de que sus palabras no se las llevarán los cálidos vientos de la opacidad y la demagogia.
Si no quiere, o si su intención es afirmativa pero los capos políticos que lo tienen secuestrado no le permiten debatir, debe, por lo menos, esmerarse para hacer su declaración patrimonial para empezar a poner un buen ejemplo de transparencia y rendición de cuentas. Los oaxaqueños, y sobre todos los electores, tienen el derecho a saber qué tan rico o pobre es al que pueden elegir como el próximo gobernador y, sobre todo, cuales son los bienes patrimoniales que ahora posee y con cuánto saldrá al término del sexenio. Le puede servir hasta para desmentir la información que ahora circula en internet sobre la cuantiosa fortuna que se le atribuye tanto en la ciudad de Oaxaca como en la ciudad de Tuxtepec y, por supuesto, para dejar en claro que la historia de cada sexenio no se repetirá. Haiga sido el que haiga sido, como dijera el clásico.
Debe también hacer una invitación a quienes ya desde ahora se han repartido los principales cargos de la próxima administración gubernamental a que hagan lo mismo para que por lo menos la opinión pública se entere, después de dos sexenios al hilo, quienes son los impunes que ahora van por un tercer sexenio para afianzar sus cotos de poder y cacicazgos.
Es necesario también que como candidato se pronuncie en contra de la opacidad que ha caracterizado al gobierno en turno y al propio órgano electoral y convoque, no ha elaborar más leyes y reglamentos sobre el tema, porque ya los tenemos y de buen nivel, sino a cumplir con la dispuesto en la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública de Oaxaca.
En síntesis, para creerle a Eviel Pérez Magaña hace falta que pregone con el ejemplo. Gabino Cué, María de los Ángeles Abad Santibáñez e Irma Piñeiro ya aceptaron hacer su declaración patrimonial. El turno, ahora, es del candidato del PRI.
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