Cortinas de humo
Oaxaca, Oax. 28 de abril de 2010 (Quadratín).- Para el secretario general de la Sección 22 del magisterio oaxaqueño, Azael Santiago Chepi, el 7.4 de aumento (5.9 y 1 .5 en prestaciones), no significa un avance importante
ya que esto se traduce en cien o doscientos pesos para cada profesor, dependiendo de lo que ganan.
Obvio, no está satisfecho, por lo que, la Sección 22 entregará su pliego petitorio el 31 de abril y realizará una marcha el primero de mayo.
Por supuesto, eso de los cien pesos, esto es una mentira más de este dirigente de los defraudadores de la educación. Hay muchos profesores que ganan diez, quince o veinte mil pesos, cuyo aumento se traduce de 500 a mil. También es cierto que hay quien gana menos; pero ninguno percibe dos mil o cuatro mil al mes, para que el aumento sea de 100 ó 200 como dice Chepi (pero como en Oaxaca tenemos cero en matemáticas a nivel nacional, seguramente a él si le salen esas cuentas
si para tocar una canción, él solamente tiene que contar hasta cuatro).
Los profesores, y más los de Oaxaca, son quienes más han tenido aumentos en el país desde hace más de quince años, pero no se refleja en buenos resultados. Los nuestros son los únicos en todo el mundo que cobran 104 días de aguinaldo, pero trabajan un promedio de poco más de cien días al año. Y de cada día, solamente trabajan un promedio de cuatro horas. Es decir, si se compara con el trabajo de alguien que labora ocho horas diarias (que descansa quince días al año
), lo que gana un profesor promedio resulta estratosférico.
En cualquier parte del mundo, a un trabajador se le aumenta el salario de acuerdo a su capacidad y productividad, sin embargo, aquí, se les regalan los aumentos por la inaudita capacidad de presión que ejercen tantos miles de docentes de la Sección 22, que reprobaban una y otra vez los exámenes, por eso se niegan a someterse a ellos, alegando estultos pretextos (y eso a pesar de que el gobierno federal les quiere regalar cuatro millones de pesos para que acepten hacer el Enlace). Asi tenemos el último lugar en educación en el país.
Por ello, el Instituto de Fomento e Investigación Educativa (IFIE), propone que se diseñen sanciones para los maestros cuyos alumnos obtengan contantemente bajo rendimiento escolar: que sean trasladados a otros puestos o retirados del servicio docente. Sugiere el IFIE esa utópica propuesta después de conocer la prueba Enlace, donde se documenta que, del 2008 y 2009, en matemáticas y español la calificación es de ¡menos! del dos por ciento.
Continúa el presidente del IFIE: En algunos países existen consecuencias sobre los malos resultados, como el quitar licencias a los maestros (
) porque un mal maestro puede dañar la vida de los niños. (El Universal, 14 de abril de 2010). ¿Hasta ahora se dan cuanta?
¿Imagina usted eso? Que se hiciera una purga stalinista, eliminando a esos profesores que apenas saben escribir su nombre, a aquellos que heredaron las plazas, que las compraron, que las recibieron de sus amigos dirigentes
Sería algo peor que el conflicto del 2006.
Sin embargo cuánto se ahorraría (es un decir, tal vez se lo robarían otros) el gobierno de Oaxaca, eliminando solamente a los cinco mil profesores aviadores que mantiene el IEEPO.
Algunos muy patéticos
Lo peor pasa en los lugares más alejados de los centros urbanos, donde el ausentismo es verdaderamente angustiante. Con el pretexto de que el lugar está aislado, muchos docentes llegan a impartir clases los martes y se retiran los miércoles (por eso, avispadas autoridades de usos y costumbres, hasta los han encarcelado para obligarlos a trabajar). O que tienen que ir a cobrar, o que las juntas a la delegación, o que estuvieron enfermos, ¿qué campesino irá a la inspección escolar a preguntar?
Hay casos patéticos, como lo que nos deja de tarea la compañera Ángeles: lo que me impactó del relato fue saber que en esa escuela no existe un solo sanitario y tanto maestra como alumnos y alumnas no tienen agua para su aseo y mucho menos para beber. Podrá pensar algún lector o lectora, pues que se compren su botella de agua de a litro y asunto solucionado. El caso es que cada uno de ellos recorre entre cuarenta y cincuenta minutos de su casa a la escuela, y además, aun cuando quisiéramos suponer que cada alumno cuenta con los pesos necesarios para ello, les informo ¡¡¡ no hay tienda cercana!!!
Sorprende eso, ¿no? Uno se pregunta ¿tan atrasados están por ese rumbo? Para evitar a los niños la caminata, ¿por qué no se les ocurrió hacer la escuela cerca del pueblo? ¿Por qué no llevan agua de su casa ¿Nadie tiene un burro que les permita acarrear agua, de dónde sea? Y lo peor, ¿por qué al maestro no se le ocurre pedir prestada herramienta y hacer una letrina? ¿Tan malos son los campesinos de por allá que no lo ayudarán los sábados o domingos? Y si está solo, cavando diez o veinte centímetros diarios, en una semana tendrá un sanitario y evitará que se espine en el monte.
Pero, en lugar de usar el sentido común, prefiere quejarse.
No le ve solución a corto plazo a este problema, la sociedad tiene que intervenir, es el futuro que se deja en manos de irresponsables incapaces: Lo sintetiza Cipriano Flore Cruz, director del IEEA: En el caso oaxaqueño, veo que la responsabilidad de los maestros no se está cumpliendo, no asisten a clases y no están prestando atención a los alumnos. En Oaxaca ya nos acostumbramos a que los maestros no trabajen y nos encogemos de hombros y no hacemos nada, pero nos perjudica a todos; en tanto no se le apueste a la educación en México, continuaremos siendo un país subdesarrollado.