Padre Marcelo Pérez: sacerdote indígena, luchador y defensor del pueblo
**Los mismos de siempre haciendo lo de siempre. Carlos Alberto Madrazo**
Oaxaca, Oax. 14 de abril de 2010 (Quadratín).- Esas fueron las palabras de Madrazo (el bueno), modernizar, refundar y democratizar el PRI. En este proceso electoral ordinario que se llevará a cabo en nuestro Estado, en el cual habremos de elegir Gobernador, Diputados locales y 152 Presidencias Municipales que se rigen por el sistema de partidos políticos, nos damos cuenta que en Oaxaca sigue la simulación, el dedazo, el amiguismo y el compadrazgo.
Desafortunadamente para quienes en algún momento militamos en este instituto político nos damos cuenta que es solo discurso la transformación de Oaxaca, que las palabras no van de acuerdo con los hechos.
El PRI sigue igual, dependiendo del gobierno y sometido al Ejecutivo. Para muestra: el actual Presidente del Comité Directivo Estatal del PRI que recibió éste cargo como premio de consolación a su frustrada aspiración al gobierno del estado.
¿Qué credibilidad pueden tener quienes previo al proceso interno no sólo denostaron la contienda quejándose de dados cargados sino también al hoy candidato al Gobierno llamándolo inexperto y sin trayectoria y ahora promueven el voto a su favor?
Los militantes del partido carecen de un espacio de participación interna, no participan en la toma de decisiones, el mayor ejemplo es el supuesto proceso interno para designar candidato al Gobierno del Estado.
Algunos de ellos con una reconocida militancia y con experiencia en el servicio público fueron finalmente conminados a declinar sus aspiraciones, los doblaron como se dice en el argot político por el gran dedo elector.
Bien lo decía uno de los ex aspirantes a la candidatura, que en el proceso interno había condiciones inequitativas y que por ese motivo decidía no participar en él, para dedicarse de lleno a sus actividades como Legislador Federal.
Mientras que la militancia está relegada a ser una masa de maniobra, en vallas, mítines, manifestaciones, acarreos, se abandonó el sentido incluyente, se empezó a sepultar la política para privilegiar a la burocracia.
Un partido político que surgió, vivió y se fortaleció de sus vinculaciones populares, a un partido que va equivocando su rumbo y abandonando su proyecto.
Esos priístas del siglo XXI deben ir acostumbrándose en las próximas nominaciones para diputados locales y las presidencias municipales que éstas serán producto de las viejas prácticas del partido: cuotas de poder, imposiciones, ambiciones, componendas, jóvenes yuppies que no compiten por el poder, heredan el poder.
Ahí tenemos a los Illescas, a los Corzo, a los Vasconcelos, a los Castellanos, etcétera. El PRI todo lo permite, perdona y olvida, la corrupción y la delincuencia, lo único que si castiga es la indisciplina, todos pueden ser ineficaces, corruptos, lo que quieran, ninguno de ellos ha sido expulsado del partido, al contrario, muchos de ellos han sido reivindicados, funcionarios que, con sus acciones desacreditaron sexenio tras sexenio, los principios del partido. Sólo buscan cargos de elección popular sin importarle en lo más mínimo los electores que creyeron en ellos en el momento de sufragar a su favor, la prueba la tenemos actualmente en Diputados buscando ser Presidentes Municipales, Presidentes Municipales queriendo ser Diputados, y el caso más patético es el del actual Edil citadino con licencia, quien además es Senador suplente y busca ser Diputado por la vía plurinominal, como ven, parece que su única obsesión es acaparar cargos de elección popular.
Si de verdad quieren un partido competitivo es urgente abrir cauces de participación democrática. Los dirigentes necesitan autonomía política, debieran recordar en los hechos las ideas de Carlos Alberto Madrazo cuando intentó renovar y democratizar al partido mediante plebiscitos para nominar a candidatos de elección popular.
Madrazo (el bueno), afirmaba que El PRI no debía ser tan sólo un organismo con propósitos electorales y de apoyo al gobierno, sino que debe recoger los anhelos populares y hacer su bandera de los problemas sociales.
En la práctica nada ha cambiado, pues los cargos de elección popular, los mismos las diputaciones locales que las municipales, así como los de representación proporcional han sido y serán definidos de manera autoritaria.
Solo hay que ver la lista de los aspirantes a las diputaciones locales en los 25 distritos electorales, la lista de representación proporcional y las presidencias municipales.
Cuánta razón tenía Madrazo (el bueno), LOS MISMOS DE SIEMPRE HACIENDO LO DE SIEMPRE. La ausencia de democracia es la causa principal de la debilidad del PRI. Si se aspira a ganar con los mejores hombres y mujeres de Oaxaca como se dice en el discurso, se debe democratizar, íntegramente, la selección interna de candidatos a cargos de elección popular.
El 6 de marzo de 1994, Colosio dio un discurso memorable, ya como candidato a la Presidencia de la República
el origen de todos nuestros males es la excesiva concentración del poder, que da lugar a decisiones equivocadas, a los abusos y a los excesos.
Los candidatos a cargos de elección popular deben surgir de un proceso de amplio consenso democrático y no por la voluntad de un solo hombre. El PRI debe alejarse de viejos métodos: represión, compra de votos, acoso laboral, calumnias. La disciplina por la disciplina, la complacencia y la esperanza de ocupar un cargo público. Lo que no se puede hacer es tratar de engañar al electorado con publicidad, spots, en lugar de reconocer una realidad y con muy malos resultados de este gobierno en materia de empleo, vivienda, educación y sobre todo la seguridad pública. Se necesita política y acciones que respondan a los requerimientos de esta insurrección de la sociedad civil. El PRI necesita recuperar su fortaleza, siempre sustentada en las exigencias de las clases populares. El gran compromiso del PRI es de servir de interlocutor con la sociedad para no caer en un ejercicio de defensor a ultranza de las razones de la élite gobernante. Las acciones de este gobierno muestra el extremo opuesto a las razones del PRI y a la justificación de su existencia como partido popular. Un partido con vida propia y ya no una organización supeditada incondicionalmente a la voluntad del ejecutivo. Se necesita demostrar generosidad y talento. El desafío es que refrende su ideología de centro y su vocación igualitaria, que demuestre su compromiso con la militancia, que privilegie la carrera de partido, contacto directo con la sociedad, que manifieste respeto a las demás expresiones políticas. Que los vicios que repudió en el último procesos electoral, quedaron enterrados.
* Ex dirigente del Frente Juvenil Revolucionario del PRI y catedrático de la Facultad de Derecho-UABJO