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Oaxaca, Oax., 31 de marzo de 2010 (Quadratín).- La elevada temperatura, humedad y viento característicos en época de Semana Santa, favorecen la descomposición de alimentos y la propagación de gérmenes, bacterias, virus y parásitos que provocan un incremento de hasta 20 por ciento la demanda de atención médica por enfermedades gastrointestinales, principalmente gastroenteritis, que de no ser atendida a tiempo se complica y pone en riesgo la vida.
Este aumento de infecciones gastrointestinales se relaciona con la presencia de bacterias como Escherichia Coli, Salmonella, Shigella y Estafilococo, origen frecuente de la contaminación de alimentos, y el último, responsable de la diarrea del viajero; así como agentes de tipo viral como Rotavirus –no exclusivos de la época de frío– y otros gérmenes como la amiba, informó la doctora María del Carmen Sánchez Villegas, adscrita al Centro de Información y Asistencia Toxicológica del Centro Médico Nacional (CMN) La Raza, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Advirtió que se consideran factores para desarrollar gastroenteritis, el antecedente de bajo peso al nacer en lactantes, desnutrición, esquema de vacunación incompleto, práctica inadecuada de lactancia materna, así como deficiencia en los hábitos de higiene.
Los menores de cinco años de edad y mayores de 65 años representan la población más vulnerable a las complicaciones de gastroenteritis, como la deshidratación, porque en los menores los sistemas biológicos no son capaces de compensar las pérdidas agudas de agua y electrolitos, que son las sales esenciales para la vida; y en los mayores, la deshidratación descompensa más fácilmente una afección cardiovascular o metabólica.
En ambos casos, la deshidratación puede tener complicaciones tanto a nivel gastrointestinal y llegar a situaciones graves como estado de choque, falla de la función renal y la muerte.
En el IMSS, el tratamiento de las infecciones gastrointestinales, que se ubican dentro de las 10 primeras causas de demanda de atención médica, consiste en evaluar el origen del padecimiento, característico por la presencia de fiebre, dolor abdominal, náusea, vómito, evacuación fétida, disminuida de consistencia asociada a la presencia de moco y/o sangre. Posteriormente, se determina el grado de deshidratación que presenta el paciente y si tolera el consumo de electrolitos orales.
Conocida la información del paciente, el médico indicará si requiere tratarlo con medidas de soporte básico, incluida la administración de electrolitos orales y una dieta astringente. Según la gravedad del caso, se considera la necesidad de incluir antibióticos, hospitalizarlo para aplicarle líquidos parenterales (por vía endovenosa) y controlar las complicaciones que además de la deshidratación pueden llevar a alteraciones como perforación intestinal, estado de choque y falla renal o cardíaca.
Por ello, la médico pediatra especialista en urgencias y toxicología clínica recomienda a los derechohabientes que ante la sospecha de infección gastrointestinal, se acuda de inmediato al médico y evitar la automedicación para evitar resistencias bacterianas, que se oculten procesos quirúrgicos o se condicionen intoxicaciones graves.
Destacó que para prevenir este tipo de problemas de salud y ante el incremento notable de estos casos durante la época vacacional, se exhorta a la población a extremar las medidas de higiene: lavarse las manos antes de preparar y consumir los alimentos; después de ir al baño; no consumir alimentos en la vía pública (principal foco de infección), utilizar agua potable, hervida o embotellada y procurar consumir alimentos frescos.
Dijo que ante la presencia de gastroenteritis en niños, se deben vigilar la presencia de mucosas orales secas, llanto sin lágrimas, ojos hundidos, piel seca y rechazo al alimento, lo que debe alertar a consultar de inmediato al médico.