Bloquean vecinos de la Gómez Sandoval por obra inconclusa
Oaxaca, Oax. 5 de febrero (Quadratín).-A Vanesa, el destino le está jugando rudo. A sus 10 años está en una cama del área infantil del Hospital Civil Aurelio Valdivieso, donde percibe que su piel se parece a las hojas de papel. La temperatura corporal es mínima. Está cansada y su cuerpo pierde fuerza.
Extraña la casa de Santo Domingo Yolotepec, en Huajuapan de León.
Han pasado los días, y no ve mejoría en su salud, aunque tiene ánimo para platicar con Angelina, su mamá
El 31 de diciembre pasado un adulto abuso sexualmente de Vanesa cuando jugaba con un grupo de amigas a las escondidillas.
El sujeto es un desconocido, que vive en la colonia Altavista en Huajuapan. La niña recuerda la media filiación del atacante, este dato sirve para que agentes Estales de Investigación estén buscándolo.
A la par del daño físico y sicológico derivado de la agresión sexual, Vanesa presentó un cuadro clínico grave que obligó a su hospitalización
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Desde el 12 de enero, madre e hija duermen en hospitales. Primero fue en el Regional de Huajuapan y, desde hace una semana, en el Civil de la ciudad de Oaxaca. La niña en el área de pediatría. La mujer sentada en el pasillo de la sala de espera.
Los estudios clínicos a la niña de 10 años confirman que las células de su medula ósea ya no producen sangre.
La niña padece aplasia medular total por lo que día con día disminuyen sus glóbulos rojos, glóbulos blancos y las plaquetas en la sangre periférica, refiere el director del Hospital Civil de la ciudad de Oaxaca, José Manuel Salcedo.
La aplasia medular es una enfermedad adquirida por diversos agentes. Entre ellos los más frecuentes son infecciones (sobre todo virales), los fármacos, agentes tóxicos ambientales (benzol, pinturas, barnices, insecticidas).
Sin embargo, con frecuencia la causa de la enfermedad no se puede identificar (son los casos conocidos como idiopáticos).
La agresión sexual desencadenó un problema de salud que no se había manifestado hasta la fecha. Pero, estaba latente, explica Salcedo,
El cuadro médico se complica porque la niña padece desnutrición crónica resultado de la enfermedad de la pobreza, por esta razón sus lesiones no cicatrizan, además de que es susceptible a adquirir infecciones.
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Angelina es invisible para los demás pacientes del hospital, el más importante y de mayor concentración de usuarios de la entidad. Su tez es morena y su complexión delgada.
La mujer quisiera permanecer día y noche al lado de su niña. Pero, el protocolo no lo permite.
Cuenta los días
llevamos 24 días y nada, no pasa nada. No se puede recuperar.
Asegura que su hija nunca ha sido enfermiza Sólo gripas, ella se enfermó luego de que ese maldito la violó.
El padre de Vanesa es sordo, pero no abandona a su mujer ni hija. Llegó junto con ellas a la ciudad de Oaxaca. También los acompaña la abuelita. Ambos aguardan en la estancia Fraternidad, en inmediaciones del Hospital, en ese lugar comen y descansan a ratos.
Angelina, es una indígena náhuatl de unos 40 años. A ella se dirigen los médicos porque habla un poco de español.
Después de varias pláticas, las enfermeras lograron darse a entender y explicarle a la madre de la paciente las consecuencias de la enfermedad terminal.
Este jueves, la indígena y artesana de sombreros de palma tocó a la puerta del director del hospital para suplicarle traslade a su niña a Huajuapan y, así estar cerca de la casa de Yolotepec.
Angelina tiene fe en que estando cerca de la tierra y del cielo dónde nació, Vanesa puede reanimarse y volver a ser una niña feliz
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Fotos: Archivo / Ambientación