Bloquean vecinos de la Gómez Sandoval por obra inconclusa
México, D.F. 4 de febrero de 2010 (Excelsior).- En el PRI se pusieron nerviosos. La terquedad de algunos gobernadores de volver al dedazo para imponer sucesor, mediante el método de convención de delegados, les descompuso un panorama que lucía prometedor en este año electoral. Los triunfos que tenían en la bolsa, ya no parecen tan fáciles. Existe incluso el riesgo de que pierdan algunos bastiones por divisiones internas provocadas por los dedazos de los tlatoanis locales y el oportunismo de azules y amarillos dispuestos a cachar a priistas inconformes, con tal de ganar la plaza.
En Durango se les fue José Rosas Aispuro. Ya es candidato de la coalición PAN-PRD-PT-Convergencia. El mandatario Ismael Hernández Derás apuntó el dedo hacia su delfín Jorge Herrera Calderas. No hubo modo de que el góber diera marcha atrás y se democratizara la elección interna. Ahora los tricolores enfrentarán en las urnas una alianza de estos cuatro partidos que, para colmo, encabeza un candidato emanado de sus filas, bien posicionado en las encuestas.
En Oaxaca se formó un frente integrado por los cuatro aspirantes que el gobernador Ulises Ruiz Ortiz hizo a un lado para imponer a Eviel Pérez Magaña como abanderado del tricolor. A Jorge Franco, Adolfo Toledo, José Antonio Hernández Fraguas y José Antonio Estefan Garfias los une un objetivo común: tirar la candidatura de Eviel, quien no acaba de dar el estirón.
Hernández Fraguas, otro bien posicionado en las preferencias electorales, ya amenazó incluso con abandonar las filas del Revolucionario Institucional, si Pérez Magaña es el ungido. El PAN le guiñó un ojo y puede convertirse en el plan B de los opositores locales, si se viene abajo la postulación del obradorista Gabino Cué, muy cuestionada en el interior de Acción Nacional.
**Sinaloa se ha convertido en un nuevo dolor de cabeza para la cúpula priista. El legendario pleito entre el gobernador Jesús Aguilar Padilla y su predecesor, Juan S. Millán, un hombre con espíritu callista, por aquello del maximato, polarizó al extremo el proceso interno.
El mandatario saliente quiere dejar en la silla a Chuy Vizcarra, alcalde de Culiacán y próspero empresario. Millán destapó al senador Mario López Valdez, y lo convirtió así en inelegible para Aguilar Padilla. La bronca es que Malova, como le dicen al legislador, encabeza las encuestas.
Una de ellas, la que sacó ayer El Debate de Culiacán, acalambró a no pocos priistas. La muestra adelanta que, en el hipotético caso de que López Valdez encabezara una coalición PAN, PRD , Convergencia, se impondría a Vizcarra por un margen de casi ocho puntos. Malova trae 48% en la intención de voto y Vizcarra 40.6 por ciento.
En Insurgentes Norte, sede del CEN del PRI, ya saben que en Los Pinos le hacen marcaje personal a Malova para que acepte que lo postulen como abanderado de la Coalición. El PRD ya lo buscó también. El senador no ha respondido aún a tan atractiva coquetería. Está en espera del resultado de las negociaciones que priistas de muy alto nivel llevan a cabo con Aguilar Padilla, para que abra la elección interna.
Malova se hizo a un lado hace seis años para dejar pasar a Aguilar Padilla, aun cuando encabezada las encuestas. Esta vez no está dispuesto a ser eliminado por la vía del dedazo. Si Vizcarra es candidato, puede apostar a que Malova se va del PRI.
Aguilar Padilla está consciente del riesgo de que su partido pierda la plaza. En corto le ha dicho a Jesús Murillo Karam, secretario general del PRI, y a su paisano, Francisco Labastida, que no aún no hay nada decidido. Los cinco aspirantes están vivos, asegura.
Beatriz Paredes ya tiene en sus manos la encuesta de El Debate. Malova se encargó de hacérsela llegar. La dirigente nacional del PRI comió ayer con la cúpula de ese partido para buscarle salida a estos problemas. El único que faltó fue el senador Manlio Fabio Beltrones, quien envió en su lugar al bajacaliforniano Fernando Castro Trenti.