Erotismo virtual y las cavernas del desierto
Oaxaca, Oax. 24 de enero de 2010 (Quadratín).- El tema de las alianzas electorales entre el PAN y partidos de izquierda vuelve otra vez a ganar espacios en los medios nacionales y en la prensa local.
Y no es para menos: desde la dirigencia nacional del PAN y la propia presidencia de la república ya están convencidos que la ruta más corta y viable para recuperarse electoralmente y detener al PRI rumbo al 2012 es mediante las alianzas electorales.
Por eso mismo se han tendido puentes de comunicación con todas los partidos políticos opositores al PRI en estados como Puebla, Hidalgo, Sinaloa, Durango y Oaxaca, entre otros, en donde ya se han registrado avances importantes entre las fuerzas políticas locales de corte partidista y social para coaligarse sobre la base de acuerdos preliminares para postular a candidatos comunes a gobernador, diputados locales y presidentes municipales así como definir una plataforma electoral y un programa de gobierno democrático.
Como respuesta, de nueva cuenta desde la dirigencia nacional del PRI y los gobiernos de los estados en donde gana fuerza este tipo de proyectos electorales se ha emprendido profusas y costosas campañas mediáticas para intentar confundir, desprestigiar y desalentar lo que a estas alturas ya prácticamente es irreversible.
En efecto, en Hidalgo, por ejemplo, el bloque opositor al PRI promueve la candidatura de la panista Xóchitl Gálvez mientras que en nuestra entidad es casi un hecho que el candidato único será el convergente Gabino Cué Monteagudo.
Y es Oaxaca, sin duda, el foco de mayor atención nacional por varias razones, pero sobre todo porque fue aquí en donde en el 2006 un amplio movimiento sociopolítico intentó derrocar al gobernador Ulises Ruiz Ortiz.
No extraña, por tanto, que un viejo compañero de banca en el Congreso federal del jefe del poder ejecutivo en turno, el yunquista Manuel Espino, acuda a la ciudad capital con el único propósito de intentar confundir al panismo oaxaqueño, descalificar a la coalición electoral y denostar en contra del PRD.
En el fondo el papel de Espino es el mismo que jugó en el 2006 como presidente del CEN del PAN: salir en defensa del gobernador Ulises Ruiz.
De acuerdo a testimonios recogidos entre algunos lideres locales del PAN, en la etapa final del conflicto del 2006, Espino hizo valer todo su poder como dirigente nacional del PAN para interceder ante el Congreso Federal y el presidente Felipe Calderón para evitar que el Senado de la República aprobara la desaparición de poderes en Oaxaca, solicitada por la APPO, la sección 22 del SNTE y otras organizaciones sociales y políticas de Oaxaca.Y, como ya es sabido, el Senado votó en contra.
Este hecho afianzó los vínculos personales entre ambos políticos y por eso ahora, de nueva cuenta, Espino acude en auxilio del PRI y del gobierno del estado ante el fundado temor del ulicismo que una alianza electoral entre el PRD, PAN, PT, PC y PANAL, bajo la cobertura de un amplio movimiento social, pueda crear las condiciones para una alternancia en el poder ejecutivo y un fuerte reacomodo político en el Congreso local y los 152 ayuntamientos.
El nerviosismo que ya priva en altos círculos del gobierno estatal ante la inminencia de que en dos semanas se formalice la coalición electoral de oposición al PRI ha llegado al extremo que ya por lo menos dos secretarios de gobierno han externado sus dudas sobre el triunfo del candidato priísta.
Advierten que, bajo un escenario de división y distanciamiento que ya se observa entre el Gran Elector y algunos aspirantes, y la propia incertidumbre y confusión que prevalece entre el priismo oaxaqueño, nada asegura la unidad y el consenso en torno al candidato a gobernador a la hora del destape y durante el desarrollo de la campaña.
Y con heridas abiertas, rencores de por medio y una fuerza electoral opositora en ascenso, la diáspora de priístas, pública o silenciosa, será inevitable.
Así, lo que ocurra o deje de ocurrir en Oaxaca, tendrá también su impacto en la sucesión presidencial del 2012. Por eso la campaña mediática millonaria pródiga en descalificaciones, llamados a misa y hasta moralinas en medios nacionales y locales. Pero ya es tarde: el PRI tendrá que aceptar que ahora tendrá que enfrentarse en Oaxaca y en prácticamente las 12 entidades en donde estarán en juego un número igual de gubernaturas, a coaliciones electorales que podrán no convencer ideológicamente, pero que políticamente se traducirán en una mayor competencia electoral y en mayores posibilidades de alternancia y reacomodos partidistas.
EL ÚLTIMO DE LOS DINOS
Casi precursor del mapachismo electoral, diestro como pocos en triunfos inobjetables, político de la vieja guardia que, aún en el ostracismo político, conservó el buen humor para pasar lista en sus amenas charlas de los enanos políticos de ahora que, decía, todo lo quieren arreglar con dinero, gritos y amenazas. Ese fue Mario Luis Guzmán: abogado, exdiputado local, varias veces delegado dentro y fuera de Oaxaca, exlíder de la ahora casi desaparecida CNC, operador electoral del viejo PRI. Descanse en paz.
Blog personal: sociedadypolitica1.blogspot.com