Día 23. Por oportunismo, crisis en Ciencias Políticas de la UNAM
Oaxaca, Oax. 21 de enero de 2010 (Quadrtín).- En la administración pública estatal del próximo sexenio será necesario que se incluya a más mujeres al frente de diversas secretarías que tienen que ver con los ramos de administración, finanzas, gobierno, desarrollo social, educación, administración de justicia y consejería jurídica, áreas que durante muchos sexenios han sido encabezadas por varones.
Se ha privilegiado la inclusión del sexo masculino en la titularidad de esos órganos y se han originado cotos de poder; estos espacios hoy día se deben abrir a más mujeres, es otra la dinámica social y política que se vive en este siglo 21, que determina que el sexo femenino sea más participativo en el gobierno y en la sociedad civil.
Existen en el Estado mujeres con buena trayectoria política en la administración pública, órganos autónomos y en el Congreso que harían un gran papel y que además no han tenido señalamientos de corrupción.
Está comprobado que las mujeres en su mayoría son menos vulnerables a corromperse; sin embargo, existen sus excepciones, como en todo. No debe encasillarse a las mujeres en áreas como cultura, turismo, comunicación social o relaciones públicas.
El sexo femenino cada día está más capacitado para tener un mejor desempeño en otros sitios de gobierno. Si instituciones que controlan tanto sus espacios, como la Marina y el Ejército están promoviendo el ascenso en sus cuerpos de mujeres, a grados y a carreras que antes eran exclusivos de los hombres (ya hay mujeres con el grado de general y existe una piloto aviador por cierto oaxaqueña, que está por graduarse en la escuela del aire) por qué no los gobiernos estatales tienen más visión, y voluntad para hacer lo propio generando más oportunidades y abriendo más zonas en el gobierno a las mujeres.
El estado no sólo debe encargarse de hacer leyes más eficientes que protejan mejor los derechos de las mujeres y velar por su cumplimiento, también debe procurar abrir más sus sistemas, promoviendo mejor y en una forma más efectiva la participación social, política y gubernamental de la mujeres.
En Oaxaca no se ha dado el fenómeno que una mujer contienda para gobernadora o para presidenta municipal en la capital, en este último caso sólo han cubierto licencias y menos que sea líder del Congreso.
Es urgente remontar actitudes machistas dentro de la administración pública y de los partidos políticos, y dejar de utilizar a las mujeres como señuelos para atraer votos y después dejar la curul vacía, está comprobado que en este estado hay mujeres con gran capacidad y liderazgo.