Diferencias entre un estúpido y un idiota
Oaxaca, Oax. 30 de septiembre de 2009 (Quadratín).- La anarquía nos alcanzó y la ciudad de Oaxaca se ubica en la ruta del colapso social por la falta de respeto a la vida y a los intereses de los demás.
Los bloqueos a las vialidades son signos de inconformidad pero por grave que resulte no se compara con una grotesca inconsciencia colectiva que transforma los caballos de fuerza en una estampida de bueyes que corre por nuestras arterias sin control y sin respeto.
Nuestra ciudad registra un atraso en infraestructura urbana de casi 50 años, pero el rezago en materia de educación se remonta a varios siglos, casi desde el trazo mismo de la verde Antequera.
De acuerdo con estudios recientes en esta ciudad circulan más de 100 mil vehículos y el número se incrementa en los días de plaza o en las temporadas vacacionales, entonces la ciudad es un monstruo difícil de controlar o por lo menos de entender.
Los sucesos de este martes cuando un accidente fatal derivo en la quema de dos autobuses, puede ser la primera advertencia de una sociedad en crisis, el tiempo apremia, los oaxaqueños no solo estamos atrasados sino además vamos en contra corriente, las ciudades turísticas del país ya lograron avances importantes en el reordenamiento de sus centros históricos y aquí lo estamos ahogando.
Esta es de las pocas ciudades en las que una calle de menos de dos kilómetros tiene 4 nombres y numeraciones distintas. El cierre de varias calles en el Centro Histórico, la proliferación de vendedores ambulantes, la carencia de señalamientos suficientes y en buen estado así como la falta de planeación o de ingeniería vial han hecho de la ciudad de Oaxaca una de las de más difíciles de toda la república Mexicana.
El reordenamiento del transporte público es urgente, la creación de una empresa reguladora, la reasignación de rutas y la capacitación de sus operadores es posible y el impacto en el erario público se estima en poco más de 4 mil millones de pesos para hacer de Oaxaca una ciudad digna y confortable. Parece mucho dinero pero mucho más que eso se ha invertido en la construcción de una nueva línea del metro en Guadalajara, Monterrey o la ciudad de México.
La tarea es enorme, pero nada de esto tendría valor si antes los oaxaqueños no construimos los acuerdos para darle a las vialidades un sentido humano. La preferencia al peatón, la cortesía y el conocimiento del reglamento son pasos básicos y pareciera que es lo último que nos interesa a la hora de conducir.