Revelan a 48 aspirantes para presidir la CNDH; incluyen a Piedra Ibarra
LA COALICIÓN QUE TODOS QUEREMOS
Clemente Jesús López *
Parte I
**. . .La lucha de los oradores en la tribuna provoca la lucha de los plumíferos de la prensa, el club de debates del parlamento se complementa necesariamente con los clubes de debates de los salones y de las tabernas, los representantes que apelan continuamente a la opinión del pueblo autorizan a la opinión del pueblo para expresar en peticiones su verdadera opinión. El régimen parlamentario lo deja todo a la decisión de las mayorías; ¿cómo, pues, no van a querer decidir las grandes mayorías fuera del parlamento? Si los que están en las cimas del Estado tocan el violín, ¿qué cosa más natural sino que los que están abajo bailen? Carlos Marx: El 18 Brumario de Luis Bonaparte, Cap. IV**
El titulo de la presente columna seguramente generará alguna polémica entre quienes tienen el interés de leer y estar enterados de los pormenores de la tan llevada y traída Coalición opositora en Oaxaca.
Para algunos, yo diría los menos, la conformación legal y la integración política de una amplia Coalición electoral entre los partidos de la llamada izquierda PRD, PT y Convergencia y el más representativo partido de la derecha: Acción Nacional, así como la incorporación in situ de amplios sectores del movimiento social, educativo, académico y en general, de la mayoría de la sociedad oaxaqueña, representa la gran oportunidad para el ajuste de cuentas ínter burgués y el asalto al poder sin mayor compromiso que el de consolidar sus intereses personales y de grupo.
Para otros, siendo este un sector más amplio, la Coalición representa la gran oportunidad para derrotar al PRI y terminar con su predominio que dura ya, más de 70 años, lograr la alternancia y sentar las bases para la conformación de un gobierno plural que voltee los ojos hacia los que menos tienen, pero sin alterar demasiado el status quo existente, obtener cargos de elección popular y echar a andar mecanismos novedosos, como el plebiscito, el referéndum la transparencia y la rendición de cuentas, garantizar la gobernabilidad y restañar las profundas heridas dejadas a la economía y a la sociedad por el conflicto del 2006 y de paso, recomponer a la clase política.
Para quienes desde el poder ven venir la Coalición, esta representa un serio peligro a los privilegios, la corrupción y la impunidad que han permeado el ejercicio gubernamental de los últimos dos gobiernos estatales y sin embargo, al mismo tiempo desean que se concrete para poderse subir a ella y tripularla como el gato pardo, deshacerse de los molestos burbujos y reconstruir las relaciones y alianzas de la vieja clase política emanada de la revolución y cambiar, cambiar para que todo siga igual.
Para un pequeño sector de suspirantes priístas a la gubernatura que ven esfumarse sus aspiraciones personales cada día y consolidarse las de sus competidores, la Coalición representa una oportunidad sin igual para jugar a la política del saltimbanqui, pasarse al bando opositor y presentar su lado demócrata, buscar una candidatura importante y si es a gobernador mejor, pero claro, tampoco cae mal una diputación o alguna presidencia municipal, total del otro lado ya no tienen futuro. Desde luego dentro de este bando hay personalidades importantes que han estado construyendo un proyecto político y cuentan con un mínimo ideario, en contraparte de la mayoría de este pequeño sector que son simplemente arribistas y oportunistas.
Ahora bien la anunciada y a la vez exorcizada Coalición opositora, es bien vista por el selectisimo grupo de burbujos suspirantes, quienes nerviosos hacen cálculos para ver con cuantos partidos se arma, quienes se suman o restan, quienes cabildean la coalición y quienes pueden ser sus interlocutores, torpedos o arietes en caso de ser necesario, saben que dependiendo de todo ello se tendrá que tejer el fino hilo de la sucesión y la fuerza de la coalición será la medida del traje de quien encarne al final la candidatura del PRI a la gubernatura, por ello quienes la han conjurado por anticipado, ya demostraron su enanes política y su escasa, por no decir nula visión estratégica.
Ahora bien en torno a una u otra postura se han aglutinado distintos círculos, de periodistas e intelectuales, quienes por causas justificadas o no, con o sin razón, han tomado posicionamiento en torno a la posible coalición opositora. Algunos señalando su inviabilidad sobre todo por las profundas divisiones que padecen algunos de sus actores, principalmente los partidos; otros, fomentando la ruptura, acicateando la confrontación, resaltando las minucias secundarias e ideologizando dogmáticamente el tema.
Dentro de estos destaca el sector intelectual intelectuales orgánicos como los clasifico Gramsci – que sostienen la incompatibilidad ideológica y doctrinal entre la izquierda y la derecha y por tanto lo contranatural que representa una alianza opositora de esos agrupamientos políticos. Hablan de la imposibilidad de mezclar el agua con el aceite, de juntar a los comunistas con la derecha fascista; a los liberales juaristas con la derecha monárquica, en fin de lo aberrante que sería una alianza de este tipo, fuchila, fuchila, císcalos, císcalos diablo panzón gritan a coro.
Pero ¿de qué diablos hablan? Acaso ya se les olvidó que en el pasado eran los principales partidarios de la democracia electoral burguesa? Y que ante la comunizante propuesta de las candidaturas comunes, defendían a contrapelo la figura jurídica de la Coalición? Acaso ya se les olvidó que lo que hoy combaten, les quita el sueño y les moja las sábanas, es su propio engendro? En fin, no cabe duda, cuando no hay congruencia política y formación ideológica y política, cualquiera escribe estupideces.
Volveremos queridos lectores, con más reflexiones sobre la Coalición opositora en la próxima entrega.
* Militante de la Izquierda Comunista, Columnista y Analista político.
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