Exhorta Irma Bolaños a trabajar en favor de grupos prioritarios en Oaxaca
México, D.F. 14 de septiembre de 2009 (Quadratín).- Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, quien en la contienda presidencial de 1988 encabezara el Frente Democrático Nacional, el cual se constituyó como la alianza de partidos y organizaciones sociales de izquierda más importante en la historia de México, fue enfático al rechazar la legitimidad de una alianza en Oaxaca entre el PRD y PAN, al afirmar que sería como juntar el agua con el aceite.
Después de encabezar la presentación de las conclusiones del taller México ante la crisis: hacia un nuevo curso de desarrollo, en la Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México, el ingeniero Cárdenas apuntó que hace cinco años, el Consejo Nacional del PRD llegó al acuerdo de no hacer ninguna alianza con el PAN, por lo que para concretar el planteamiento de ir en alianza con Acción Nacional para la elección del 2010 en Oaxaca se tendría que revocar ese acuerdo, yo no soy parte del consejo, me parecería contradictorio, simple y totalmente contradictorio, pues si alguno cree posible juntar el agua y el aceite sí, si no, no.
De orígenes y tradiciones ideológicas opuestas, su actuar ante las coyunturas históricas por parte de las fuerzas políticas de izquierda y derecha en México ha sido contrastante, ya que mientras por un lado los movimientos políticos y sociales de izquierda han jugado, desde 1968, un papel protagónico como catalizadores del proceso de democratización del sistema político mexicano, la derecha aglutinada alrededor del Partido Acción Nacional, desde sus orígenes, ha propugnado por la defensa de valores conservadores, estableciendo la concertacesión con el poder como su vía para actuar políticamente.
A este respecto es importante recordar que la historia de las alianzas entre las fuerzas de izquierda y derecha en el México moderno, ha sido una historia de traiciones recurrentes de los movimientos sociales y progresistas a manos de las fuerzas más reaccionarias.
Así lo demuestra en su libro 1988: el año en que calló el sistema, la periodista Martha Anaya, cuando cita los testimonios de Bernardo Bátiz y Jesús González Schmall, figuras prominentes del PAN en ese entonces, quienes con sus palabras desenmascaran las verdaderas razones por las cuales Acción Nacional decidió unilateralmente retirarle su apoyo al Frente Democrático Nacional que parecía haber ganado la elección presidencial.
Bátiz, candidato a diputado en el histórico 1988, explica literalmente que fue una decisión que se tomó en el Consejo Nacional. El Maquío era partidario de que se siguiera en conjunto, que se cotejaran las actas, pero ahí Castillo Peraza y Luis Felipe Bravo Mena hablaron en contra de aliarnos con Cuauhtémoc. Dijeron que no había por qué hacerle el caldo gordo a la izquierda, que no podíamos saber bien si los votos por Cuauhtémoc eran limpios y que no podíamos apoyar a Cuauhtémoc porque era hijo de Lázaro Cárdenas. Hubo un debate interno fuerte, pero la decisión fue que cada quien por su lado. Ganaron por amplia mayoría.
Por su parte, el testimonio que presenta la periodista, de Jesús González Schmall, es igual de revelador: dentro del PAN estábamos por el respeto al sufragio, ganara quien ganara, lo llegamos a decir en el CEN: si gana Cuauhtémoc, Cuauhtémoc es presidente. Vamos a sostener por principio que esta elección es nula, vamos a pelear la nulidad de la elección con Cuauhtémoc y doña Rosario. A pesar de que teníamos esa decisión, Luis H. Álvarez y su grupo negocian con Salinas y a la siguiente junta del CEN trajeron una carta que se publicaría en un desplegado donde reconoceremos al presidente si se legitima en ejercicio. Ahí reventamos nosotros ¿cómo es posible?, es una indecencia.
Así fue la historia y así es de ignominiosa la alianza mediática que hoy quieren concretar en Oaxaca, el PT, Convergencia y el PRD con Acción Nacional, no cabe duda que esto es juntar el agua con el aceite.