Día 23. Por oportunismo, crisis en Ciencias Políticas de la UNAM
OAXACA, Oax. 7 de octubre de 2013 (Quadratín).- Dominados por el radicalismo, los duros de la CNTE y de la Sección XXII de Oaxaca salieron derrotados de la lucha de este año. Y por su intolerancia, además quedaron fuera del espectro centro-izquierda del país.
Lo grave de la lucha magisterial de este año fue la pérdida de simpatía de la sociedad por el daño a la educación. Una cifra del secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet, se presta a varias lecturas: los maestros de Oaxaca tienen 71 inasistencias al año por razones políticas. De ahí lo siguiente:
–De acuerdo al año escolar, los maestros abandonan un tercio de días de clase en cada curso y no enseñan. Por tanto, los niños han terminado en los últimos 35 años con una deficiente preparación.
Las razones de la inasistencia son políticas-gremiales.
–Para recuperar esos días, los maestros tendrían que extender hasta medio día educativo –alrededor de 2 a 3 horas– el día normal de clases, lo que llevaría a una aglomeración de horas-clase que afectaría la comprensión.
–En total, los maestros de la XXII han hecho perder a los niños 12.5 años educativos por inasistencias políticas a lo largo de 35 años de lucha, sin que la autoridad haga algo.
La lucha magisterial de este año fue un fracaso: el viernes 18 hubo un arreglo para levantar el plantón, pero los radicales, azuzados por la guerrilla del EPR, los vándalos supuestos anarquistas y López Obrador, reactivaron el movimiento y no cumplieron en acuerdo.
El gobierno federal evitó concesiones y el gobierno perredista del DF les cerró el zócalo. El saldo fue negativo:
–El llamado a una “huelga nacional” fue una vacilada sin sentido.
–La reforma educativa no dará un paso atrás, la evaluación se realizará y muchos maestros tendrán que abandonar las aulas.
–Los dineros oscuros que los gobiernos le daban a los líderes de la XXII ya no existirán porque la CNTE dejó de asustar.
–La CNTE y la XXII pervirtieron el significado de la marcha como protesta social y las manifestaciones se convirtieron, como el 2 de octubre, en turbas irracionales sin ideología política.
Por eso López Obrador perdió el zócalo y no pudo hacer su mitin ayer domingo. Las sociedades del DF y de las ciudades con conflicto magisterial se hartaron de los maestros disidentes.
Lamentablemente para la CNTE y el sector de centro-izquierda, la sociedad aplaudió el uso de la policía para desalojar el zócalo.
–Los gobiernos estatales y el gobierno federal están obligados a partir de ahora a descontarle salarios a los maestros que no den clases y a aplicar la ley del trabajo por abandono de empleo. La tolerancia se acabó.
Lo que viene ahora debe ser una estrategia política para rescatar la educación secuestrada por la CNTE y la XXII:
–El ejecutivo debe apretar a los gobernadores para romper sus complicidades –de los gobernadores– con la CNTE.
–El Congreso que emite con cualquier pretexto puntos de acuerdo, debe promover uno para exigir el reordenamiento laboral de la educación y condenar a los maestros que paran clases violación la ley.
–El SNTE debería promover un recuento laboral en las secciones de la SNTE para ver si efectivamente hay una mayoría que apoya o hay miles de maestros que son obligados por la dirección seccional a acudir a marchas y plantones y parar clases.
–Los gobiernos estatales deben recuperar el control, institucional de sus oficinas educativas que hoy son controladas por las secciones de la CNTE.
Oaxaca debe disolver el IEEPO y reinstalar la SEP estatal en el gabinete.
–Un programa de emergencia por parte de la SEP para relanzar el contenido educativo con miras a educandos para los intereses nacionales, la producción y la solidaridad.
Recuento: hoy suman treinta y seis días escolares sin clases por el paro de la CNTE.