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Jalapa de Díaz, Oax. 8 de octubre de 2013 (Quadratín).- Hacinados, con muebles desvencijados y espacios reducidos, el personal de la clínica de Jalapa de Díaz distribuye su horario de ocho de la mañana a ocho de la noche, de lunes a domingo.
La clínica de Jalapa de Díaz es un espacio de aproximadamente 10 x 10 metros, un edificio que se construyó en 1975 y que únicamente ha mejorado, en ocasiones, la pintura.
Cuenta con solo tres camas, para hospitalización temporal, aunque la mayoría de los casos son de pacientes ambulatorios.
Es lunes y el pasillo de menos de dos metros está al tope. Como casi todos los días, explica Adrián René Cruz Cabrera, el médico responsable de la clínica, quien ha sido severamente cuestionado en los últimos días por no haber estado el pasado 2 de octubre, cuando Irma, una mujer indígena dio a luz en este lugar, sin la asistencia médica.
El parto en esas condiciones “es algo muy serio, no debió pasar”, asegura. Pero explica que él vive en Tuxtepec, viaja todos los días casi hora y media para atender la clínica desde hace 17 meses, cuando obtuvo esta responsabilidad.
Dice que esperará las investigaciones “Ya vino la Comisión Nacional de Derechos Humanos y vamos a ver qué dice”.
Con algo de pesar en su rostro, reconoce “hizo falta Irma para que nos mandaran un médico, llevamos un año pidiéndolo y nos han dicho que no se puede”.
Según la tipología de la clínica, explica, es una tres de núcleos básicos, es decir que “no hay faltante de médicos”.
Sin embargo, la realidad del papel dista mucho de la que enfrentan a diario. Les falta personal e insumos, no cuentan con espacio suficiente y hasta para hacer antesala, están apretujados los pacientes.
A veces, dice, se ocupa una palapa que se construyó para las pláticas informativas, pero aún así no se dan abasto.
En su defensa menciona que Jalapa de Díaz tiene una población de siete mil habitantes tan sólo en la cabecera municipal, pero además deben atender a las 44 comunidades que pertenecen al municipio y otras 25 localidades que aunque no pertenecen al municipio, por cercanía, acuden hasta aquí.
«Hacemos lo mejor que se puede, pero no es suficiente», asegura Adrián René, quien dice que como médico nunca violó el juramento hipocrático, «a todos se les atiende de la mejor manera, hay carencias, muchas, pero no somos un hospital, somos una clínica».
Sin embargo, está cierto que la imagen difundida en el momento del parto de Irma López “no es una denuncia mediática, el sábado estuvimos trabajando en la jurisdicción, ya vino Derechos Humanos y desafortunadamente pasó, habrá qué esperar qué resuelven”.
Hasta ahora todo el personal de la clínica, 30 en total entre personal médico, de enfermería y administrativo, continúa laborando en forma normal.
Lo que se hará, después de la difusión de la imagen, es reforzar los servicios médicos. “Me acaban de notificar que viene un médico para atender las guardias nocturnas, está en trámites en Tuxtepec y llegará, ya me avisaron”.
Además, de forma verbal le informaron que enviarán a otro médico, pero están en espera de que lo hagan oficial “falta el trámite de contratación y demás”.
El médico Adrián René rechaza también que personal de la clínica haya amenazado a la señora Irma para que no hablara más de lo sucedido esa mañana del 2 de octubre.
“Ya estuve preguntando, ha ido personal sí, pero a la visita domiciliaria del binomio, para darle seguimiento a la madre, al niño, ellos están bien, pero sabemos que en este momento cualquier actuación irregular irá en contra nuestra, no la hemos amenazado”.
Mientras recorre cada uno de los espacios de la clínica, que justo acaba de atender un parto, explica que la mayoría de los equipos está ya en su etapa final, aunque recién le enviaron unas mesas, no tienen todo lo necesario para la atención a la población.
En la clínica se da el servicio de ginecología, pediatría y dental. También, hay otro espacio para la afiliación del seguro popular que aún no se pone en marcha y atrás de este nuevo edificio, fue donde la señora tuvo el parto sin asistencia.
“Ella llegó, le dijeron que esperara porque el personal vio que la señora llevaba 36 semanas de gestación, le pide al personal médico que le realice una valoración y la atendieron, pero había mucha gente y ella por la pena, buscó un lugar donde no la vieran y que se va ahí atrás”, señalando el lugar donde Irma trajo al mundo a Salvador.
“Aquí la mujer mazateca se muere por pena”, dice, ya que muchas mujeres se niegan a ser revisadas o que el personal de salud las valore.
Pero Irma es el segundo caso. El anterior, dice el médico, fue porque llegó en un período de expulsión muy avanzado y no dio tiempo de que el personal llegara. “Fue como a la una y media de la madrugada, era una mujer multigesta y venía muy avanzada, estaba solicitando apoyo para su traslado pero lamentablemente el nacimiento se dio afuera de la clínica”.
La clínica de Jalapa de Díaz atendió de enero a septiembre un promedio de 10 partos “llevamos 60 partos asistidos, mañana, tarde o noche, siempre estamos pendientes, pero esta vez desafortunadamente ocurrió así”.
Señala que como médico no influye en el tema presupuestal ni de contratación de personal, pero refiere que sí ha hecho peticiones. “Mientras no cambien la tipología de la clínica, se dirá que tenemos el personal necesario, hay otro hospital en construcción, pero no está terminado y mientras tanto, debemos seguir aquí, con estas condiciones”.
Y es que en Jalapa de Díaz hay un edificio convertido en elefante blanco. Una construcción inconclusa que sería en apariencia la solución a la problemática, pero hasta ahora no hay ni presupuesto ni fecha para su terminación.