Ixchel y su acordeón, en el pasillo del mercado de San Juan de Dios

OAXACA, Oax. 15 de octubre de 2013 (Quadratín).- El escenario para tocar es lo de menos para Xchel Cruz, acordeonista de “La China Sonidera”.

Este tres de octubre tocó con “La China” en el corredor cultural Pasaje Rodríguez en el Festival Tijuana Interzona, y hoy lo hace en el pasillo del mercado de San Juan de Dios, en Oaxaca.

Ha transitado del oboe al acordeón, y de la música sacra a la cumbia.

Interpreta además tango y música balcánica. Es fan del músico serbio Goran Bregovic.

Lo único que sabe hacer desde los seis años es música, y ese es su trabajo hoy que tiene 21, dice.

La tarde de este martes, Xchel irrumpió con su acordeón en la zona de asadores de carne del mercado, y la calma de los comensales que saboreaban tasajo al carbón, cebollitas asadas y rajas de chile verde, se transformó en euforia.

Primero fue la Cumbia sampuesana; siguió la Cumbia poder y por último Lágrimas negras: “Contigo me voy mulata aunque me cueste morir”.

Al término de sus interpretaciones, en una brevísima entrevista, el joven músico comenta que desde los seis años empezó a estudiar con el maestro Mauro Ramírez Pérez, director de la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil Libertad, en San Martín Mexicapan, agencia municipal de la periferia, donde ha transcurrido su vida.

Primero, recuerda, empezó tocando el oboe, pero lo tuvo que cambiar por el acordeón porque su hermano necesitaba que lo acompañara a tocar en las misas.

También toca en los camiones urbanos, en los mercados y en las calles. “El trabajo está en la calle”, expresa con una casi inadvertida sonrisa.

Hace dos años se integró al grupo de “La China Sonidera” con quien participó en la grabación de su primer disco. Y acude a las giras del grupo, sin dejar de tocar en camiones y calles en otro momento.

Ahora mismo tienen en puerta otra presentación en el Distrito Federal, en el Foro Cultural Casa Hilvana.

Este martes, Xhchel se hizo acompañar de Rodolfo Vargas y su bongó, quien a su vez tiene su grupo “Nueva dimensión colombiana”.

Mientras el acordeonista conversa con algunas personas que se acercan a solicitarle su teléfono, Rodolfo pasa el sombrero para la cooperación.