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OAXACA, Oax. 18 de octubre de 2013 (Quadratín).- Los diez cuadros abstractos que conforman la exposición “Poética del viento” de Michel Pineda (Juchitán, Oaxaca, 1988) van dirigidos a un tiempo enfermo que se extiende sobre un mundo miserable.
Las pinturas tienen solución de marmoleado japonés y se ubican en la tradición de la Action Paiting, donde el nombre de Jackson Pollock, Elaine, Willen de Kooning y Joan Michel, sobresalen entre un grupo de pintores que trabajó la pintura espontánea en Norteamérica en la segunda mitad del siglo pasado.
“Poética del viento” es la primera exposición individual de Michel Pineda, que se inaugura este viernes 18 a las 19:00 horas en la Casa de la Cultura de Juchitán.
El joven artista fogueado en el arte urbano, y quien ha dado talleres de esténcil a niños de la periferia de la capital oaxaqueña, explica en entrevista cuál es su propuesta
-¿En qué consiste tu propuesta pictórica?
-La primera pieza es el cuerpo mismo del pintor, que celebra lo humano en un mundo injusto, racista y excluyente y parte de una tradición de la pintura en el mundo, donde indudablemente están todos los grandes maestros.
-¿Cómo interviene tu infancia al momento de solucionar tu pintura?
-Tuve una infancia feliz, con las carencias que significan a toda la familia humilde. Juchitán me otorgó consistencia emocional y disposición a crecer en medio de la adversidad, como ocurre en miles de localidades mexicanas que le niegan desarrollo a la niñez de este país.
El tema central de la pintura de Michel Pineda es el viento, un elemento climático que en esta época lleva a acciones que implican posturas políticas y comunitarias con la instalación de las empresas trasnacionales eólicas.
-¿Cómo calificarías el tiempo social al momento en que apareces con tu primera exposición individual?
-Sé bien que mi trabajo nace en medio de un mundo injusto, lo que me convierte en un pintor con planteamientos políticos. Pero el conocimiento de distintas corrientes plásticas que engrandecen la tradición de la pintura en el mundo me alejan de soluciones y expresiones panfletarias. Por eso realizo una pintura que busca llevar sanación al hombre que sufre, y vive.
– ¿Por qué exponer en la Casa de la Cultura de Juchitán para tu primera expo, y no en otra ciudad?
-Esta acción es un homenaje a mi abuela, recientemente fallecida, y a toda la gente que me apoyó y me apoya, mi familia y los maestros que hicieron posible mi definición artística, como Francisco Toledo, por ejemplo.
-¿No temes que tu apuesta por lo local te encasille como un pintor de aldea en un mundo globalizado?
-Para ser profundamente universal hay que ser profundamente local, dijo Alfonso Reyes.
Me identifico con ese pensamiento en el inicio de mi trabajo plástico donde se contempla el apego al origen y el pensamiento universal de nuestro tiempo.
-¿No es muy local este trabajo que se inscribe dentro de la Action Panintig?
-Si, Pollock no es muy oaxaqueño que digamos. Pero los caminos de la tradición plástica en el mundo son infinitos, y cada día se derrumban fronteras de sensibilidad y percepción estéticas.
-Pero el viento fuerte significa a las comunidades del Istmo de Tehuantepec…
_Claro, ahí está mi corazón, mi origen. Todos los hombres del mundo tienen un lugar de origen, un sitio. Cuando crecen ese sitio crece en su alma, y lo buscan en todo lo que hacen como adultos.
“A mí me toca hacer cuadros que retoman la tradición de la pintura en el mundo, en todos los tiempos, y trato de hacerlo lo mejor posible. Mi voz artística está marcada por los sucesos y hechos que ocurrieron en mi infancia. Y desde luego, del clima donde me tocó existir. Que al final de cuentas eso es el hombre adulto, una repetición de los sucesos de su infancia”.