Dos meses de huelga, miles de asuntos pendientes
OAXACA, Oax. 15 de noviembre de 2013 (Quadratín).-A muchos alegró que el gobierno federal haya incrementado sus aportaciones para el estado de Oaxaca hasta llegar a los 80 mil millones de pesos, de acuerdo a lo que informó la prensa.
Oaxaca contará con el presupuesto más alto de su historia reciente y el gobierno federal también.
A pesar de todo lo bueno que sea el contar con más dinero público, a mi me surgen preocupaciones. Una de ellas tiene que ver con la disputa que desatará la disponibilidad de ese dinero entre la clase política y entre ésta y los grupos de interés que querrán participar de los 80 mil millones de pesos.
Si las cosas son como me imagino, las pugnas políticas por el manejo y los beneficios del presupuesto, le impondrán una etiqueta diferente a la asignada por el gobierno federal a esos recursos, esto es, estarán destinados a ganar clientela para las elecciones federales del 2015 y las locales del 2016.
Otro asunto es el de la capacidad que tendrá el gobierno del estado para ejercer los 80 mil millones de pesos en los tiempos establecidos y el cumplimiento de las metas fijadas. Es evidente que el gobierno del estado de Oaxaca (no me refiero sólo al de Gabino Cué) ha tenido una capacidad operativa limitada y esto está en función de los recursos destinados al gasto corriente. Si el anuncio del gobernador de que el 2014 será un año de austeridad gubernamental, significa que el gasto corriente disminuirá y a partir de esto es fácil deducir que la capacidad de operación del gobierno también se verá afectada. Estamos pues ante una situación contradictoria: por un lado habrá 80 mil millones de pesos para la inversión en obra pública; pero por otro se está diseñando una política que dificultará la aplicación de esos recursos.
Esta contradicción en la administración pública, contribuirá a exacerbar los conflictos. La Sección 22, por ejemplo, ya dio muestra de hasta donde puede llegar al tomar ayer por asalto a la escuela primaria Monte Albán del municipio de Santa Cruz Xoxocotlán.
“Una madre de familia fue alcanzada, acorralada, jaloneada y en la trifulca resultó herida por arma blanca en su mano derecha, ella llevaba consigo gas lacrimógeno para evitar que los maestros de la CNTE se hicieran de la escuela de sus tres hijos, pero junto con otros treinta padres de familia no lo lograron, ya que fueron rebasados en número”, describe un reporte.
Todo lo anterior sucedió ante la mirada impasible de al menos 40 policías, que estaban allí, creo yo, para garantizar el orden público y evitar actos violentos; no hicieron nada. Me pregunto si serán llamados como testigos de cargo cuando las personas lesionadas y afectadas por la Sección 22 presenten sus denuncias. Todo esto la víspera del tercer informe de gobierno.
Al respecto, el gobernador Gabino Cué dará cuenta hoy del estado que guarda la administración pública en el estado de Oaxaca.
Aunque el informe se presenta en medio de una constelación de manifestaciones de protesta, no creo que el gobernador tenga graves dificultades para difundir su mensaje; otra cosa será la glosa del informe, donde los titulares de las secretarías se presentarán ante la nueva LXII legislatura que creo comenzará por exigir cuentas claras en varios casos.
Se anuncian roces y tensiones entre grupos parlamentarios y el ejecutivo; a menos claro, que se suspendan las comparecencias como ya es costumbre.
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