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MÉXICO, DF. 25 de enero de 2014 (NOTIMEX).- En México se ha profundizado poco en el estudio del uso y abuso del alcohol y el alcoholismo, así como en sus implicaciones actuales en comunidades indígenas, consideró Luis Berruecos Villalobos, profesor-investigador del Departamento de Relaciones Sociales de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Dijo que se carece de cifras precisas entre estas poblaciones sobre cirrosis hepática por su consumo exagerado.
El especialista platea este panorama en su trabajo “El consumo de alcohol y el alcoholismo en México: el caso de las comunidades indígenas” publicado en El Cotidiano 181, revista de la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Unidad Azcapotzalco.
El antropólogo social e historiador consideró deseable realizar más investigaciones sobre los efectos del consumo inmoderado en poblaciones indígenas para estar en condiciones de diseñar programas preventivos acordes a su situación cultural.
“El consumo de alcohol y el alcoholismo en México va en aumento y constituye sin duda un grave problema de salud pública”, expresó.
Dijo que son muchos los asuntos que aquejan desde hace varias decenas de años a los indígenas mexicanos, como salud, educación, vivienda, alimentación, empleo, comunicaciones.
“A esto hay que añadir el alto consumo de alcohol en estas comunidades, reportado por no muchos estudios al respecto, por lo cual resulta paradójico que, habiendo fundado un gran país, sus descendientes sean los que peor viven actualmente dentro de la estructura social y económica”.
Berruecos Villalobos enfatizó que la situación actual de los más de diez millones de indígenas de México “es verdaderamente preocupante” y por ello no sorprende que en Chiapas haya habido un levantamiento en donde casi el cien por ciento de las peticiones que se hicieron recayeran justamente dentro de las carencias señaladas.
Las consecuencias del consumo de alcohol y el alcoholismo, si bien son graves problemas de salud pública en los núcleos urbanos, “lo son más en regiones rurales e indígenas que no cuentan con acceso directo a los servicios de salud y otros apoyos”.
“Es urgente –destacó– realizar más investigaciones sobre los patrones de consumo en zonas indígenas y sus repercusiones en los ámbitos individual, familiar, social y laboral, que permitan el diseño de mejores estrategias para atender a la población ya enferma y prevenir que el mal siga creciendo”.
Cuestionó si de verdad existe en el país la voluntad política para atender este problema de magnitudes insospechadas que afecta a toda la sociedad. “Planes van y vienen, se inventan campañas sin resultados concretos que gastan más en su propia publicidad que en la atención del problema”, señaló.
De ahí que continúen los actos de violencia intrafamiliar, accidentes de trabajo, suicidios y homicidios, pérdidas económicas mayores y todo tipo de situaciones que pueden, si no eliminarse completamente, cuando menos abatirse o prevenirse de alguna forma.