Día 24. Claudia: forjar su hegemonía, no la de AMLO
-Causas y debilidades
-muy concentrada
OAXACA, Oax. 7 de marzo de 2014 (Quadratín).- En endeudamiento de los municipios, al igual que el de las entidades federativas (EF) tiene un origen bipolar, por un lado en cuestiones objetivas, como la insuficiencia de sus ingresos, el deterioro real de sus participaciones, y el peso presupuestario de sus aportaciones para tener recursos federales, pero también por la desatención de sus responsabilidades en materia tributaria –como es el caso del predial-, que cuando comparamos respecto a otros países incluso de América Latina, vemos que es penoso su nivel recaudatorio, el cual no llega ni al 0.1 por ciento del PIB, excluyendo al DF, mientras que en Chile es el 0.6 por ciento. Lo mismo sucede con el gasto público municipal: opacidad, incumplimiento de las normas en materia de gasto federalizado condicionado, falta en el pago de sus impuestos, deficiente rendición de cuentas y en muchos casos, corrupción.
La mayoría, salvo honrosas excepciones, apuestan más a la gestión de recursos federales, que a cobrar impuestos –porque afirman tiene costo político- o fortalecer sus administraciones públicas. Les gusta más lo que alguien llamó, “el padrotismo fiscal”. Repito salvo contadas y notables excepciones. No les interesa el desarrollo institucional y su control interno es precario, o no existe.
Al igual que la deuda de las EF, la de los municipios se ha incrementado notablemente desde 2009, aunque no constituye un peligro para las finanzas nacionales, si impacta a las haciendas públicas de los municipios endeudados.
Hoy la deuda municipal, representa alrededor del 10 por ciento de la deuda total de estados y municipios, asciende a 46.5 miles de millones de pesos y está concentrada en unos pocos. 25 de los 2445 que hay en el País, concentran más de la mitad de los pasivos, mientras 1 800 no tienen un peso de deuda, reflejo también de la estructura municipal a nivel poblacional.
Asimismo en los municipios de pocas entidades, se concentra la deuda municipal, en cinco de ellas, Jalisco, México, Nuevo León, Baja California y Sonora, el 56 por ciento de la deuda total; si sumamos la de otros cinco estados, llegamos a cuatro quintas partes. Ojo, estoy hablando sólo de un tercio de las entidades federativas del País. Asimismo en cada estado de los mencionados, dos o tres la concentran.
En contraparte la mayoría de los municipios de otras entidades no tienen acceso al crédito, dados sus niveles de pobreza, la precariedad o inexistencia de su administración pública, que son elementos que inhiben el desarrollo municipal. Es el caso de Oaxaca donde hay uno de cada cuatro municipios del País, Oaxaca de Juárez es el municipio más endeudado, debe 25 millones a fines de 2013, ni al 0.1 por ciento del total nacional.
Los municipios con más deuda son: Guadalajara, Tijuana y Monterrey con más de 2 mil millones; con más de mil, Benito Juárez, Hermosillo, Zapopan y Nuevo Laredo; arriba de 900, Mexicali, San Nicolás de los Garza y León; Culiacán 838.4 y Tonala 755; en los 600 andan cinco, Ecatepec, Tlaquepaque, Guadalupe, Cuernavaca y Puebla, finalmente con más de 500, Nogales, Durango y Naucalpan.
Por supuesto que tienen malos ejemplos, ya que lo que pasa con el predial, sucede con la tenencia, ya que un número importante de entidades federativas o no la cobra, o lo subsidia en demasía y varios gobernadores, también recurren a la gestión para sustituir lo que deberían recaudar. Repito que en ambos casos, entidades y municipios, hay notables excepciones.
En suma, es cierto que los municipios sufren una presión centralizadora de los propios gobiernos estatales, modificaciones en la Ley que no los consideran y de decisiones que a pesar de afectarles, no les consultan, ni les compensan, como ha sucedido como la decisión de no cobrar o subsidiar la tenencia. En esa inercia están algunas decisiones federales como la de los convenios para que las entidades federativas cobren por ellos el predial, como colaboración administrativa. Pero a veces este afán centralista, derivan del mínimo o nulo esfuerzo recaudatorio mostrado por la mayoría de los municipios.
*Ex Presidente del Colegio Nacional de Economistas.