Mantiene SSPO activo el Plan de Apoyo a la Población en el Istmo
CIUDAD IXTEPEC, Oax. 10 de marzo de 2014 (Quadratín).-La rabia e impotencia lo expresan con lágrimas. Recordar la huida del pueblo en la madrugada las lleva otra vez al llanto. No pueden contener el nudo en la garganta. Sólo pensar que los que dejaron en casa tengan un mal fin las vuelve a quebrar.
María, Amelia y Bernardita, son tres indígenas de Nuevo Santiago Tutla, agencia de San Juan Mazatlán, en el bajo mixe (entre el Istmo y la Cuenca), que huyeron en medio de la oscuridad hace cuatro días hasta Ciudad Ixtepec para pedir auxilio al gobierno federal y estatal, pues sobre ellas pesa amenazas de muerte, lanzadas por José Raymundo Fabián, a quien consideran el cacique del pueblo.
Amelia Basilio Fuentes tiene 34 años y tres hijos. Su hermana Bernardita sentada a su izquierda la acompaña con su hijo, la flanquea a su derecha su cuñada María Elena Pacheco Peralta de 25 años y con dos hijos.
Refugiadas en la palapa del albergue “Hermanos en el camino” de Ciudad Ixtepec denunciaron ante el subprocurador regional de justicia, Víctor Fernando Ruiz Méndez, las amenazas, golpes, robos, secuestro y la persecución que sufren desde hace un mes.
Amelia carga una libretita, ahí anota todo lo que les empezó a suceder desde el 24 de enero. Lo primero que recuerda es el repicar de las campanas la madrugada de ese día en el pueblo mixe, anunciando una reunión en la agencia municipal.
En medio del pueblo, se concentró José Raymundo Fabián, su hijo Mario Raymundo, el operador Fausto Andrés Antonio, el agente municipal Melitón Hilario Matías, el Comisariado de Bienes Comunales Guillermo Nolasco Raymundo, así como la policía armada, los topiles y seguidores de José Raymundo.
El que tomó la palabra fue José Raymundo, quien explicó que el ciudadano Efrén Basilio Espinoza, padre de las denunciantes, lo había demandado en el 2013 ante el Ministerio Público bajo el argumento que había ordenado su expulsión de la comunidad de manera “absurda”.
“Mandaron a llamar a mi padre y el cacique le dijo que nadie podía demandarlo, que ahí él era la ley, por eso tenía 15 días para largarse de Tutla, pero nosotros no obedecimos, por eso el 10 de febrero volvió a llamar al pueblo y ordenó que destrozaran el rancho de mi padre”, narró Amelia Basilio.
Además de destrozos en el rancho, les rompieron el sistema de agua potable, les quitaron la luz, amenazaron a los ciudadanos de que el que fuera sorprendido hablando con algún miembro de la familia Basilio Fuentes sería multado con mil pesos.
Asimismo les colocaron policías para vigilar que no salieran del pueblo de manera clandestina. Se consideraron secuestrados en su propia tierra.
“Nadie nos habla por miedo, nos dejaron sin agua y luz. Día y noche nos vigilan.
Le pidieron a mi hermano un millón y medio de pesos para dejarnos en paz, pero de dónde vamos a sacar ese dinero. A mi hermana Bernardita le destruyeron su siembra de maíz, quitaron el alambrado de los animales y se le fueron 50 ganado, con el tiempo recuperó sólo 42 cabezas”.
Narró que junto con su hermana y cuñada salieron de Santiago Tutla e interpusieron sus denuncias ante las instancias de justicia, en casa dejaron a su madre, su padre y el hermano, así como dos hijos de Bernardita, por lo que temen por la vida de sus familiares.
Con ella están refugiados en Ciudad Ixtepec Valentín Nolasco Antonio y su hijo Italio Nolasco Nepomuseno, quienes también fueron expulsados del pueblo por José Raymundo Fabián por la denuncia interpuesta contra él por el robo que cometieron sobre su ganado.
Ante la negativa de salir de Santiago Tutla porque consideraron que es una injusticia, les destruyeron el cerco de su ganado, les quitaron la casa donde habitan y los golpearon. También les pidieron un millón y medio a cada uno para dejarlos en paz.
Desde el refugio del migrante hicieron un llamado de auxilio a las autoridades federales y estatales para intervenir y poner un alto a los atropellos contra ellos, responsabilizando a José Raymundo Fabián de lo que les pueda pasar.
A este llamado se sumó el cura Alejandro Solalinde Guerra, responsable del albergue de migrantes “Hermanos en el camino” de Ciudad Ixtepec, quien lamentó la situación que ya había denunciado desde hace un año con cuatro meses, y que el gobierno de Oaxaca no ha podido atender y dar respuesta positiva.
Ante esta situación, emplazó al gobierno de Gabino Cué a dar solución al conflicto de los desplazados, que fueron expulsados bajo el argumento de Usos y Costumbres.
En caso de que el gobierno de Oaxaca no pueda con el “paquete”, dijo, que éste delegue el problema al gobierno federal o las instancias que si puedan responder.
“Es una zona donde existen plantíos de amapola, de mariguana. Ahí los policías usan armas de alto poder, de uso exclusivo del Ejército. El poder está en manos de un sólo cacique. El gobierno no ha cumplido su compromiso con los desplazados, quizás por ineptitud o insensibilidad. Lamentamos que Adelfo Regino esté de parte del cacique, perdió el rumbo y su función de servir al pueblo“, comentó el clérigo.