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OAXACA, Oax. 10 de abril de 2014 (Quadratín).-Por su alto contenido en vitamina C y A y su riqueza en proteínas, el chile es benéfico para la salud; su consumo disminuye el riesgo de sufrir gripes, resfriados y envejecimiento prematuro, además de que mejora el proceso digestivo y evita problemas estomacales.
También se ha demostrado que baja los niveles de colesterol y es un excelente anticoagulante.
Rocío Guadalupe Espinosa Castro, coordinadora delegacional de Nutrición de la Delegación Oaxaca del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), dijo que el chile como condimento no sólo consigue dar un toque picante a ciertos platos que podrían resultar insípidos sin su presencia, también les añade un alto contenido en vitaminas A y C, hierro y magnesio, junto con ciertos poderes curativos.
El chile se diferencia entre sí por el color (rojo, verde o amarillo), el sabor (dulces o picantes) y por la forma (alargados o acampanados).
Estas peculiaridades son las que marcarán el tipo de chile que estamos comprando: chiltepes, jalapeños, anaheim, pimiento, dulces y campaneros.
Se pueden comer frescos, cocinados, como un condimento ligero, en aceite de oliva o con vinagre, cebolla y perejil.
El chile jalapeño debe su nombre a la ciudad mexicana de Jalapa, que es la capital de Veracruz. Son parte del género Capsicum anuum, donde también están: el chile dulce, el habanero, el tabasco, la cayena, etcétera.
Igualmente, dentro del jalapeño, existen gran cantidad de variedades con leves diferencias de forma y nivel de picor.
Por ejemplo, añadió, el piquín o del monte es considerado el ancestro de todas las formas de chiles conocidos.
Se encuentra ampliamente distribuido en forma silvestre y es muy apreciado, debido a su agradable sabor y porque no irrita el sistema digestivo.
Es altamente cotizado; el valor que alcanza en el mercado es hasta 40 veces mayor al de los chiles serranos y jalapeños.
En grandes dosis, el picante resulta un poderoso irritante y no se recomienda su ingestión a quienes padecen enfermedades de tipo digestivo, como úlceras o gastritis, y a quienes sufren de hemorroides.
¿Por qué pican?
La capsaicina es la principal responsable del picante. Ésta es muy poderosa, más
de 100 veces más potente que la piperina (sustancia responsable del picante en la pimienta).
La especialista en nutrición del IMSS, explicó que la capsaicina no tiene olor ni sabor, simplemente estimula la liberación de neurotransmisores, los que a su vez incentivan los puntos receptores de dolor en la lengua y el paladar.
En respuesta a este dolor, el cerebro libera endorfinas, que incrementan el metabolismo, liberando más saliva y transpirado por la piel en forma de sudor.
Dijo que el chile tiene un uso muy extendido como condimento. En Mesoamérica se empleaba en la preparación del cacao caliente, y es la base de diversos platos de origen prehispánico, conocidos como mole.
Actualmente se consumen frescos, fritos o asados, en conserva y en polvo, triturando o moliéndolos cuando secos.
Es un ingrediente tradicional en las cocinas de México, el Caribe, Tailandia, Perú y Bolivia. (En la zona andina, «ají» se usa también como término genérico para cierto tipo de guiso semejante al ajiaco).
Es también un ingrediente muy utilizado en la gastronomía de Sudamérica.
Agregó que el uso del pimentón, tanto dulce como picante, es asimismo básico en España para la preparación de ciertos embutidos típicos tradicionales, como sones los chorizos, las chistorras y la sobrasada.
Es también un condimento importante en el Magreb, en particular un puré de pimientos rojos secos llamada harissa, originario de Túnez y muy usada en particular con el renombrado cuscús, plato tradicional típico de la cocina de esta región.
Espinosa Castro reveló que otra característica de la capsaicina que contienen la mayoría de variedades de chile es que puede adormecer la región de la epidermis en la que se deposita, de forma que se aplica en forma de tópicos sobre la piel para hacer desaparecer el dolor en pacientes de artritis, herpes zóster, neuropatía diabética, mastectomía y cefalea. La capsaicina extraída de los chiles se emplea en un aerosol como arma no letal.
La capsaicina es útil para prevenir algunos tipos de cáncer, como del intestino, colon y estómago.
Además, la capsaicina es un poderoso antioxidante, que puede mantenernos jóvenes durante más tiempo. También es un expectorante y descongestionante natural, que ayuda a prevenir la bronquitis, dijo la nutrióloga del IMSS.
Detalló que en la medicina alternativa se aconseja cada vez más incluir el chile en la dieta habitual, aunque sin abusar, porque según los naturópatas, contiene propiedades curativas para las reumas, es un antiséptico y estimula la circulación.
Los chiles rojos contienen grandes cantidades de vitamina C y caroteno (provitamina A). Los chiles amarillos y especialmente los verdes (que son esencialmente frutos no maduros) contienen cantidades considerablemente menores de ambas sustancias. Además, son una buena fuente de la mayoría de las vitaminas B, especialmente de la B 6.
Son muy ricos en potasio y ricos en magnesio e hierro. Su alto contenido en vitamina C también pueden incrementar sustancialmente la absorción de hierro de otros ingredientes de la comida, como legumbres y cereales.
Dio a conocer que el consumo de chile habanero disminuye el colesterol en la sangre. Puede aliviar algunos padecimientos intestinales crónicos y ayudar al proceso digestivo.
La capsaicina contenida en el chile habanero es un agente termógeno que ayuda a elevar la actividad metabólica, ayudando así al cuerpo a quemar grasas y calorías.
La experta en nutrición informó que el habanero provoca la producción de endorfinas por lo que al consumirlo genera un estado placentero que provoca una sensación similar a la de estar borracho o deliciosamente aturdido.
Tiene una alta concentración de beta carotenos y flavonoides antioxidantes que desaceleran el envejecimiento.
La capsaicina contenida en el chile habanero ayuda a aliviar migrañas y dolores de cabeza. Ayuda a curar la artritis.
También posee fuertes propiedades antibacteriales, que permiten prevenir y atacar las infecciones crónicas de los paranasales (sinusitis).
Los orígenes del picante se remontan a los aztecas. Entre sus recetas, que datan de hace más de dos mil años, se encuentra ya un guiso enchilado.