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ISTMO, Oax. 23 de abril de 2014 (Quadratín).-El amarillo, rojo y negro, son colores sagrados entre los zapotecas del Istmo de Tehuantepec (Sur de Oaxaca).
Para Natalia Toledo, poeta bilingüe, no es coincidencia que estos colores pinten el traje que portó Elena Poniatowska mientras recibió el premio Cervantes de manos de los Reyes de España en la Universidad de Alcalá de Henares.
Consideró que el portar dicho traje “es un homenaje a la tierra de las mujeres nubes (Binnizá), las zapotecas”.
Los personajes más importantes de la obra de la escritora mexicana son zapotecas, explica Natalia Toledo. Ella ama la tierra de los zá (nubes), convivió con mujeres emblemáticas de esta etnia indígena del sur de México, al grado de representarlas en el personaje de Jesusa Palancares de la novela “Hasta No verte Jesús Mío”.
“Poniatowska portó el traje de las zapotecas, pero no el traje de flores, sino la que tiene un significado prehispánico, la de grecas. Los colores son los básicos en el textil zapoteca, además de sagrados, resalta el color de la sangre. Es un homenaje a la cultura que tanto admira, que tanto ha representado: la zapoteca”, explica la también diseñadora juchiteca.
La Premio Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Indígenas, señaló que Poniatowska se siente identificada con las mujeres fuertes de Juchitán, con esas que lucharon por una sociedad más justa, con las que se levantan con el sol todos los días, las que dejan la vida en cada paso, es “a ellas a quienes homenajea Elena al recibir el Cervantes ”.
Natalia Toledo le obsequió a la autora del “Tren pasa primero” que tiene como personaje principal a un líder ferrocarrilero del sur, un par de aretes en forma de pescado, creación suya y elaborado por orfebres oaxaqueños.
El traje rojo que portó Elena Poniatowska fue un regalo que le hizo Griselda Castillos hace ocho años, quien fuera en ese entonces presidenta del DIF municipal de Juchitán, cuando la escritora realizó un viaje por el Istmo presentando «El tren pasa primero”, en la casa de la Cultura de Juchitán, El Espinal y Matías Romero.
La coordinadora de la Casa de la Cultura de Juchitán, Yolanda Gómez, recordó que la escritora dijo que las juchitecas que estaban presentes el día del obsequio le dijeron que el traje se lo pusiera cada vez que se ganara un premio.
El traje fue elaborado en la técnica conocida entre los zapotecos del Istmo como “cadenilla”, trae tres recuadros en hilos amarillo y negro hechos en las ya casi inexistentes máquinas Singer.