Llora, el país amado…
OAXACA, Oax. 5 de mayo de 2014 (Quadratín).-El Partido de la Revolución Democrática, nació a la vida pública de México, el 5 de mayo de 1989, como un instituto político que buscaba agrupar las distintas corrientes y liderazgos de izquierda, pero principalmente, encabezar un proceso de democratización y transformación política en nuestro país.
Como es conocido, durante la década de los ochentas, se hizo evidente la urgencia de construir una auténtica “corriente democratizadora y proyecto de futuro”, ante las recurrentes y desastrosas crisis económicas y la falta de opciones políticas en la arena electoral.
Así mismo, el histórico fraude en la elección presidencial de 1988, alentó en la conciencia nacional, un movimiento cívico que identificó como una condición indispensable para el cambio político: la defensa del voto y la imparcialidad en la organización de las elecciones.
Por ello, el PRD, desde aquellos años se constituyó en una corriente renovadora en la democratización del régimen político mexicano. Sus propuestas y su llamado a la movilización ciudadana, se convirtieron en un poderoso ariete de la alternancia política, que ahora es una práctica normal de nuestra vida institucional.
Sin embargo, -es necesario apuntarlo- su crítica al régimen autoritario, no siempre fue bien recibida. En los 25 años que ahora se cumplen, sus militantes fueron objeto de intolerancia y persecución política.
Esta experiencia, por ello, lo ha llevado a comprometerse -como ningún otro partido- con un clima de libertades y un debate propositivo y civilizado.
En Oaxaca, el PRD, ha sido precursor de la alternancia política, en un primer momento en los gobiernos municipales, para luego participar de manera decisiva en la alternancia en el ámbito estatal. Su compromiso con la defensa de la tierra, los recursos naturales, los pueblos y comunidades indígenas, lo han conducido de manera natural a consolidarse como un espacio de auténticos liderazgos regionales y transitar en su momento a la conformación de propuestas novedosas para el desarrollo de nuestra entidad federativa.
Por otro lado, el PRD oaxaqueño, también ha demostrado ser un instituto incluyente y en permanente renovación de perfiles y personalidades.
En su lucha por la democracia, siempre ha privilegiado la apertura a nuevas ideas, pero también la conformación de frentes amplios que le han permitido en forma exitosa: dar coherencia y eficacia al esfuerzo de muchas mujeres y hombres.
En los 25 años de compromiso y acción política, el PRD oaxaqueño, ha tenido muchos aprendizajes, el principal, quizá sea, que en la ruta por la democratización de nuestro Estado, lo que cuenta no sólo es buscar la victoria electoral y la conformación de gobiernos democráticos, sino mantener vivo el proyecto y compromiso político con las problemas y rezagos que más nos duelen a las oaxaqueñas y oaxaqueños.
En este sentido, falta mucho por hacer, en la agenda del cambio democrático.
Las y los perredistas oaxaqueños estamos convencidos que estos primeros 25 años, apenas son el preámbulo de un movimiento, que está por dar sus mejores frutos.
No hay día, que nuevas ciudadanas y ciudadanos, principalmente jóvenes y mujeres, vean en el PRD, la alternativa para continuar impulsando la democracia, el crecimiento económico y el desarrollo social en nuestro Estado. Su entusiasmo y valor cívico nos comprometen, y nos llevan en este aniversario a renovar la esperanza de transformación política que fue iniciada hace 25 años.
(Anselmo Ortiz milita en el PRD y coordina la fracción parlamentaria del PRD en el Congreso de Oaxaca)