Diferencias entre un estúpido y un idiota
MÉXICO, DF. 20 de mayo de 2014 (Quadratín).-De los arrepentidos es el reino de los cielos (Mateo 3:2)… pero no de los mañosos ni los taimados, quienes nadan de muertito pasándose de vivos.
El breve pero ruidoso escándalo suscitado por la pensión vitalicia para los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) sabe a mala leche –y huele aun peor– aunque ellos mismos pretendan justificar lo contrario.
El disimulo priista disfrazado por la “voluntad” de sus senadores y diputados para enmendar el error no es graciosa concesión sino evidencia un intento obligado por lavarse la cara tras descubrirse la chapuza escondida entre las leyes secundarias de la reforma electoral.
Dicen quienes saben que el cambio al artículo 209 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación llegó desde Los Pinos promovido por el Consejero Jurídico de la Presidencia, previo cabildeo de los propios integrantes del Tribunal Electoral… quienes ya llevaban varios intentos para recibir un trato similar al de los ex presidentes de la República y los ex ministros de la Suprema Corte.
Al concluir su gestión, los señores magistrados del TEPJF quedarán inhabilitados –durante dos años– para ocupar cualquier otro cargo público, al igual que los consejeros del Instituto Nacional de Elecciones, por lo tanto pelean una “digna” liquidación mediante la cual quede garantizado su nivel de vida… ¿de por vida?.
Los últimos cuatro integrantes del extinto IFE recibieron un pago de un millón 200 mil pesos –cada uno–… pero los magistrados electorales quieren mucho más, faltaba menos. No les gustaría recibir un solo pago de marcha sino el mismo que reciben los ministros de la Suprema Corte –es decir– ganar durante el primer año posterior a su salida el 100 por ciento de su sueldo y el 80 por ciento mensual por el resto de sus días.
De ocurrir eso tendrían garantizada una pensión anual de tres millones 364 mil 800 pesos, es decir, 280 mil 400 pesos mensuales.
Tras al escándalo, los jueces electorales se protegen al aclarar que la ley en ninguna parte habla de pensión vitalicia… y tienen razón. El artículo de la discordia deja en manos de la Comisión de Administración del Tribunal Electoral determinar el “haber de retiro” de los magistrados de la Sala Superior, una regla suficientemente vaga para otorgar lo mismo un pago único semestral que un sueldo a perpetuidad.
El magistrado Flavio Galván le encontró la cuadratura al círculo: “el ‘haber de retiro’ es para que los jueces electorales no se corrompan; un retiro justo después de toda una larga vida de trabajo”, alega.
Los burócratas golpeados en el bolsillo protestan con razón. ¿Pues qué la ley no nos hace iguales a todos?; ¿los asalariados de la alta burocracia son una casta superior y quienes mueren de hambre a su retiro, una inferior?
La presión opositora obliga a recular a los priistas, sin embargo en el camino se embarran ellos, el Consejero Jurídico de la Presidencia y los propios magistrados, quienes no deberían darse el lujo de permitir cualquier duda sobre su intachable reputación.
El error quedará corregido el mes entrante cuando el PRD presente una contrarreforma… mientras, la quemada está que arde.
PREGUNTÓN: ¿Ante la reelección de Gustavo Madero en el PAN el ex presidente Felipe Calderón fundará otro partido político?…
¿El perdedor –Ernesto Cordero– se irá a chambear fuera del país?
Nadie sabe, nadie supo.
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