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Narcoterrorismo, Boinas Verdes, cárteles cuasigubernamentales
OAXACA, Oax. 21 de mayo de 2014 (Quadratín).-Hay escaleras para salir en la foto. Acechan, serpentean. No conducen a ningún sitio. No ascienden ni descienden. No van para atrás. Sólo salen a una ruta. O a una teja rota. O a una puerta que se abre para que contemplemos el vacío.
Hay escaleras por las que se llega a las cosas que se echan a perder. Subimos, una puerta se abre y llegamos a la cagada de los pájaros. Una tarde, una mañana. Alguna noche. Hay escaleras que me traen sobre los años la comida de mi madre. Otras sólo dejan frente a mí el olor de tu sostén transpirado. Las escaleras con paisaje son infernales, siempre necesitan de alguien que las mire para subir o bajar. Si alguien pregunta por mi gusto en cuestión de escaleras diré que estoy con las escaleras laterales. Las conectan un banco con un callejón o las que suben a tu recámara.
Me llaman las escaleras de emergencia, convocan a multitud de hombres. Las escaleras del servicio, cuyos peldaños contemplan las piernas de las mujeres. Ahí palpitan cosas, encuentros y despedidas. Soy un gato. Rehúyo de las escaleras centrales, son malditas. Para saber bien a bien sobre las escaleras habrá que preguntar a las quinceañeras, ellas podrán tener una opinión autorizada. Las escaleras siempre me llevaron a una ilusión óptica o de truco con mezquinos intereses.