Pide Nino Morales que Judicatura investigue a paristas
Si se articula una política de Estado que fortalezca la estructura productiva del país y contribuya a redistribuir el ingreso de manera eficaz, se logrará, además, reconstituir el tejido social y superar el ambiente de inseguridad que prevalece en la nación.
En la actualidad, explicaron Armando Sánchez y César Salazar, investigadores de esa entidad, la economía mexicana se caracteriza por su alta dependencia a factores externos y su débil crecimiento económico, experimentado ya por tres décadas.
Por ello, agregaron, existe consenso de que el 2.7 por ciento de crecimiento del PIB esperado para este año es mediocre y no servirá para aliviar los grandes rezagos sociales que enfrenta México. Entonces, más allá de cifras y de factores coyunturales, no hay que perder de vista que existen elementos estructurales que deben ser analizados con el propósito de crecer con mayor equidad.
Los economistas universitarios argumentaron que no es claro que los resultados macroeconómicos de este trimestre –que registraron un crecimiento del producto de apenas 0.28 por ciento, respecto al trimestre previo en cifras ajustadas estacionalmente– se puedan atribuir a las recientes modificaciones fiscales.
Lo anterior, debido a que hay varios factores que podrían estimular y reducir de manera simultánea la dinámica del producto, como la demanda externa o el gasto de gobierno. Además, es importante recordar que si bien las tasas máximas del impuesto sobre la renta (ISR) se elevaron, fueron derogados el impuesto empresarial a tasa única (IETU) y el impuesto a los depósitos en efectivo (IDE), con lo cual, tanto las empresas como las personas físicas con actividad empresarial compensarían el impuesto al ingreso.
Asimismo, detallaron, el incremento al ISR sólo afectó a quienes tienen ingresos mensuales por más de 31 veces el salario mínimo, que resultan ser una minoría, porque en México el 80 por ciento de la población ocupada remunerada sólo obtiene recursos por hasta cinco salarios mínimos, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo.
Por otra parte, Sánchez y Salazar reconocieron que hubo una contracción en la actividad económica de Estados Unidos, lo que impacta de manera negativa nuestra economía. Sin embargo, las exportaciones mexicanas sólo se contrajeron durante el mes de enero en cifras ajustadas estacionalmente, pero en los meses siguientes mantuvieron una tendencia positiva, que incluso superó los registros del año pasado.
Empero, añadieron, el crecimiento de la economía estadounidense no garantiza un mejor desempeño de nuestra actividad económica. Por ejemplo, en 2013 la economía del vecino del norte se expandió a una tasa de 1.9 por ciento, en tanto que la nuestra apenas lo hizo en 1.1 por ciento.