Día 22. Palacio perdió dominio de la agenda de la crisis
MÉXICO, DF. 15 de agosto de 2014 (Quadratín).-Se acabó la pachanga, divertidísima y lujuriosa parranda en la que, como cualquier ser humano, participó entusiastamente quien parecía el más serio, más modoso, más profesional, más prudente diputado panista, a la sazón coordinador del Grupo Parlamentario del PAN en la Cámara de Diputados, Luis Alberto Villarreal García. El problema es que no se cuidó.
Es de humanos errar, si es que divertirse, del modo que sea, después del trabajo, fuera errar. Y todos, desde Felipe Calderón hasta Gustavo Madero, como buenos y sacrosantos moralistas, se rasgan las vestiduras, y consideran que esa formación política de origen católico preconciliar está en plena descomposición y hay que levantar los platos rotos, barrer la basura, levantar las botellas, los restos de comida y los preservativos.
No son nuevos estos escándalos. Se dan en todas partes. En el PRI son ocultados, aunque no tanto, porque recientemente se destapó la cloaca del Comité Directivo Estatal en el Distrito Federal, cuando su entonces presidente Cuauhtémoc Gutiérrez, apodado El Basuritas por ser el multimillonario zar del negocio de la basura en el Distrito Federal, fue acusado de mantener al interior del Comité una red de prostitución camuflada como servicio de edecanes.
Y en el PAN también hace aire fétido. Huele a caca. Lo tendrá que limpiar, con sosa cáustica, Gustavo Madero, presidente nacional del partido, obviamente con la destitución del ingenuo y meliloto de Villarreal García y el nombramiento del fiscalista José Isabel Trejo Reyes, alias Chabelo, como sustituto..
Según el diputado Trejo Reyes, su reto inmediato será dar continuidad a las reformas constitucionales”, pero la verdad es que su reto es reconstruir el tejido moralista de la fracción panista y ayudar a su jefe, Madero, a levantar el ánimo desmoralizado de los miembros y simpatizantes en todo el país, que se sienten agraviados, avergonzados por el escándalo de Puerto Vallarta.
Trejo Reyes le dijo este jueves a entrevistadores de la radio y a reporteros que cubren las actividades de la Cámara de Diputados que espera estar a la altura de las circunstancias, “de estos retos tan, tan, tan difíciles”. Le espera un año muy complicado en la Cámara.
Quedan pendientes varias reformas como la del sector salud, la creación del seguro universal, que podría implicar la desaparición de instituciones de seguridad social como el ISSSTE y el IMSS; la reforma a la política agropecuaria y una de la que ya nadie, entre la clase política, habla: La creación de la Comisión Nacional contra la Corrupción, precisamente la fuente de todos nuestros males como sociedad.
Además, en cosa de un mes el Presidente de la República presentará la iniciativa de Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos para 2015. Así, entre reparación y control de daños moralinos, los panistas tienen que seguir apoyando al presidente Peña Nieto como lo han hecho hasta ahora.
La luz no bajará de precio
No dejan de tener razón los analistas de Tendencias Económicas y Financieras cuando advierten que con la reforma energética no bajará la luz.
El presidente (Peña Nieto) prometió menores tarifas eléctricas para los hogares. El argumento es muy simple: si en lugar de usar combustóleo se usa gas, el costo de la energía bajará entre 30 y 40 por ciento. Lo que nadie le dijo al presidente es que, en la actualidad, lo que pagan las familias por la luz que consumen tiene un subsidio del 80 por ciento en términos generales, mientras su consumo no sea muy elevado.
Cuando la CFE importe o compre gas a los productores nacionales, reducirá sus costos de producción en 30 o 40 por ciento como estaba previsto, pero ese precio final será el doble de lo que hoy pagan los consumidores en su recibo de luz.
Todo apunta a que el costo de la energía eléctrica no disminuirá para las familias, aunque el gobierno erogará un subsidio menor a la CFE, y existe el riesgo de que suban las tarifas para zonas residenciales que hoy son subsidiadas.
@AFDiaio @analisisafondo