Promueve policía de Oaxaca de Juárez prevención y proximidad social
OAXACA, Oax. 23 de agosto de 2014 (Quadratín).-A dos días de su inauguración, la “Macroplaza” resulta una decepción: Es una obra inconclusa, en medio del ambulantaje y taxistas, sin tiendas establecidas.
Los curiosos asistentes se topan con una escena distinta a la foto que se tomó el gobernador Gabino Cué con empresarios la noche de su inauguración.
Es un caos por la protesta de transportistas de la CNP que lleva ocho días. La banqueta llena de vendedores ambulantes; los espacios de estacionamiento son insuficientes, y de cobro; basura, obras inconclusas… y muchos locales vacíos.
“Nos dijeron que estaba muy bonito, que estaba muy grande, pero todo está cerrado”, comenta doña Flor Méndez y su familia, que llegaron a conocer el sitio. Pero se llevaron el chasco.
Es el nuevo centro comercial, ubicado a un costado de la carretera internacional 190 Oaxaca-Istmo, a unos metros del crucero donde se asientan oficinas del IEEPO, la SCT, Sedesol y Correos de México.
Mañana, tarde y noche, el escenario es el mismo. Escasos elementos viales para atender la saturación del tránsito de vehículos por la reducción de carril debido a la protesta de taxistas y camioneros.
Vendedores informales que expenden lo mismo atole que tamales, elotes, dulces regionales, chicles, hamburguesas.
Largas filas de automóviles para ingresar al estacionamiento, en entrada angosta, con sistema automático de pago que se traba; ya adentro, dan vueltas y vueltas para hallar un lugar, frente al reducido espacio de estacionamiento.
Ya adentro, comienza la decepción. Varios locales, entre ellos el principal restaurante anunciado, “Toks”, y el súper “Wal Mart”, también cerrados. Pasos más adelante y de las 11 salas de cine anunciadas, apenas operaban cinco.
Por dondequiera, letreros y lonas anunciando locales en renta o una próxima instalación, en la planta alta, donde también se asienta un reducido lugar para pequeños restaurantes de comida rápida.
Abajo, las escaleras eléctricas continúan fallando, mientras reina en la planta baja una oscuridad, aún con el medio día, ante la falta de iluminación; más locales cerrados por donde se quiera alzar la vista.
Y en la parte posterior del inmueble, ubicado en la calle Nueva Santa Lucía, el otro rostro: una pequeña calle destrozada, por obras de drenaje y agua potable; basura y montones de escombro.
Un peligro latente para quienes se atreven a usar esa vía de tránsito, denominada calle 13 de Septiembre, el pequeño puente se encuentra endeble y su protección tubular, destrozada, mientras que el arroyo “Chiquito”, que pasa a un costado del centro comercial, amenaza con devorar más banquetas y casas.
“Tanto ruido para nada; tanto anuncio para encontrar un centro comercial vacío. ¿Y qué quieren que compremos?, cuestiona doña Flor cuando emprende su retiro de la “Macroplaza”, inaugurada el jueves por la noche… aún inconclusa.