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OAXACA, Oax. 24 de octubre de 2014.- De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), la prevalencia de sobrepeso y obesidad en la entidad pasó del 24.9 por ciento en el 2006 al 26.7 en el 2012, en adolescentes de 12 a 19 años informaron los Servicios de Salud de Oaxaca.
En las estadísticas, del grupo de edad mencionado el 61.9 por ciento admitió no haber realizado actividad alguna de tipo competitivo durante los 12 meses antes de la última edición del estudio.
Por ello, los padres de familia deben atender este problema de salud pública causados por consumir más comida de la que el organismo necesita, la ingesta de alimentos con mucha grasa, sal y azúcar (frituras, galletas, pastelitos, botanas, bebidas azucaradas), y el sedentarismo (pasar demasiadas horas viendo televisión, jugando videojuegos o en la computadora).
Lo más grave de la obesidad es que aumenta las posibilidades de sufrir diabetes (el exceso de azúcar hará que el corazón, páncreas, ojos y riñones funcionen mal), e hipertensión arterial (el corazón se esforzará más e incrementará la presión para bombear la sangre, lo que puede dañar los vasos sanguíneos).
Asimismo, enfermedades cardiovasculares (las grasas pueden causar que las venas y arterias se tapen porque se acumulan en la sangre) y otras consecuencias como: asma, problemas con los huesos y articulaciones, alteraciones en el sueño, desánimo, cansancio y dificultad para practicar deportes.
Por ello se deben crear hábitos saludables como: comer verduras, frutas, cereales integrales, tomar ocho vasos de agua pura al día y realizar 60 minutos de actividad física, los cuales ayudarán al crecimiento y desarrollo con la energía necesaria para cumplir correctamente las actividades diarias.
Durante la infancia y adolescencia los micronutrimentos son necesarios para proteger de enfermedades, entre los que destacan las vitaminas A, B, C y ácido fólico, así como los minerales: hierro, yodo, calcio y zinc.
La salud es una responsabilidad compartida por lo que los responsables de familia deben poner especial atención en la alimentación de los más jóvenes y acudir a la unidad médica en caso de cualquier síntoma de enfermedad.
Las Estrategias de prevención en cada una de las etapas son las siguientes:
Antes del nacimiento:
Prevenir una Nutrición materna inadecuada, deficiente o excesiva y el bajo peso al nacimiento
En la Infancia:
Promover una lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y recibir una alimentación complementaria adecuada a partir de los 6 meses de edad.
Promover actividad física y los hábitos alimentarios correctos
Los padres o responsables deben reconocer que la obesidad es una enfermedad que debe prevenirse y tratarse.
En la Adolescencia:
Promover actividad física y evitar el sedentarismo.
Promover hábitos alimentarios adecuados especialmente en el consumo de verduras y frutas.
Prevenir el tabaquismo y el consumo de alcohol.
Mejorar el entorno familiar.
Establecer horarios de comida.
No saltarse ningún tiempo de comida.
No ver televisión durante las comidas.