La Constitución de 1854 y la crisis de México
Navarrete en su “regadera”
MÉXICO, DF, 18 de noviembre de 2014.-… canta desafinado: “Todo se derrumbó dentro de mí, dentro de mí…”
Es inminente una nueva batalla en el PRD. Velan armas las tribus; Los Chuchos tiemblan; la crisis es inocultable.
Voces críticas, genuinas y resentidas, responden raudas al grito de guerra lanzado por Cuauhtémoc Cárdenas. El viejo tlatoani demanda ipso facto la renuncia de Carlos Navarrete, Héctor Bautista y amig@s quienes los acompañan en la cima partidista. Es un atisbo a lo que está por venir.
No hay medias tintas. El fundador del partido y líder moral de la izquierda retrata con frialdad la crisis perredista: postración, agotamiento, falta de autoridad y pérdida de credibilidad… síntomas de otro eclipse de sol… Azteca.
Resulta patético que el peor momento del PRD haya llegado después de la elección más transparente; con el aval del Instituto Nacional Electoral, Nueva Izquierda otorgó legitimidad inusitada a la asunción de Navarrete.
Pero… el “terso” episodio electoral no blindó al partido de la debacle repentina. Todo se derrumbó con Iguala-Ayotzinapa. La dirigencia nacional no supo lidiar con la masacre fraguada por un gobierno bajo su paraguas; el PRD no midió costos.
La grave situación del partido-partido es inédita, sin embargo, Cárdenas señala con claridad que el riesgo de debacle no es reciente.
La crisis es producto de “años de desviaciones y claudicaciones”, las cuales han alejado al partido de principios y compromisos con las verdaderas causas de la izquierda. La rentabilidad electoral, ha degradado la vida del instituto político luego de 25 años.
En afán de justicia, no toda la culpa es de Los Chuchos. Las demás tribus también han puesto su gota de veneno.
El lamentable espectáculo de acusaciones desatado tras la tragedia de Ayotzinapa confirmó la falta de solidaridad y la endeble vida institucional del partido. El “sálvese quien pueda” reveló la verdadera naturaleza de los integrantes y dirigentes perredistas.
Para remediar la situación Cárdenas exige acciones contundentes: la renuncia de la dirigencia nacional; instalar una dirección provisional que deberá poner en marcha un sólido trabajo ideológico y programático; elaborar nuevos estatutos; reconstruir los órganos directivos y la relación entre instancias nacionales, estatales y municipales; replantear su relación con la militancia y la sociedad; salir del bache para resurgir de las cenizas como una opción real ante la coyuntura política.
La carta de Cuauhtémoc Cárdenas es el peor señalamiento recibido por Carlos Navarrete en tan poco tiempo al frente a la dirigencia amarilla; el documento es certero… y la ruta clara. Marcelo Ebrard con el Movimiento Progresista se suma a El Ingeniero igual que Miguel Barbosa desde la presidencia del Senado.
La debilidad de Navarrete fertiliza el terreno para la fructífera advertencia.
El líder histórico del PRD no busca hueso; está más allá del bien y del mal. Su llamado será atendido, aunque el resultado sea incierto; las tribus pueden tomar la palabra del señor y relanzar a su partido, o simplemente transformar la crítica en una noche de cuchillos largos, traiciones y venganzas, para mover a un grupo y colocar a otro al frente de tan redituable franquicia.
¿Mover todo para no cambiar nada?
EL MONJE LOCO: Para el próximo jueves habrá movilizaciones en apoyo a familiares de normalistas por todo el país; tres caravanas convergerán en el DF, escenario propicio para desatar la ira de los golpistas disfrazados de progresistas quienes pretenden derribar al gobierno para imponer su proyecto autoritario. «El Estado está legítimamente facultado para hacer el uso de la fuerza», advirtió el mandatario al regresar de su cuestionado viaje por China y Australia.
Cierto, después de Ayotzinapa, nada será igual… ya lo sabe Peña Nieto a quien también urge aclarar el embrollo de La Casa Blanca de Las Lomas… y ciertas frivolidades de la Primera Dama; apostar al olvido sería otro error.
PUNTO FINAL: ¿Qué investigaba realmente la PGJDF en el auditorio Che Guevara de Filosofía y Letras? Lo del robo de un celular no checa. ¿Estaban investigado la baleada al investigador Ernesto Villanueva?; ¿La quema de la estación del Metrobús?. Por cierto, ¿Quién le paga a Arístides Ávila, el individuo quien intentó quemar la puerta de Palacio Nacional y tomar embozado la rectoría de la UNAM?
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