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MÉXICO, DF, a 15 de diciembre de 2014.- Con sólo una de las tres pistas de hielo que el Gobierno del Distrito Federal informó iniciarían las actividades navideñas del Zócalo de la ciudad de México, este lunes fueron abiertas estas instalaciones al público oficialmente.
Por lo anterior, desde temprana hora se pudo observar que cientos de personas llegaban al primer cuadro de la ciudad para divertirse en esta actividad tan poco común en un territorio caluroso como es el mexicano.
Parte de la alegría era que el boleto para entrar es completamente gratuito. Sin embargo, la desgracia venía cuando uno observada los varios filtros por los que cualquiera que tuviera el interés en patinar, tenía que pasar para finalmente llegar al destino deseado.
A decir verdad, la gran mayoría de quienes pisaron esta pista tenían poca o nula experiencia en el arte del patinaje sobre hielo, sin embargo –era evidente- esto no significó en lo absoluto un obstáculo para nadie.
Hombres, mujeres, niñas, niños, se desplazaban como podían, con el apoyo de unos móviles en forma de foca, con los que mantenían el equilibro, y además podían trasladarse poco a poco de un lado a otro.
Al principio, como casi todo en la vida, las personas entraban temerosas. Apenas ingresaban al ruedo congelado y luego, luego, volvían para aferrarse a los soportes de los extremos. Sin embargo, a medida que pasaban los minutos comenzaban a soltarse –física y mentalmente- Y para eso de los 15 minutos, ya caminaban con el apoyo de la foquita naranja de plástico.
Lamentablemente cuando la confianza había llegado a sus corazones, el tiempo se les había terminado. “Señoras y señores, el tiempo se les ha agotado, es momento de salir de la pista”, pronunciaba un joven del gobierno capitalino, con altavoz, justo una hora después que el grupo de patinadores habían ingresado.
Varias madres y padres de familia, con el propósito de evitar cualquier tipo de accidente, ingresaron junto con sus infantes a patinar, sin embargo esto no siempre generó el efecto deseado.
Ejemplo de esto es que un niño de apenas dos años de edad, que era acompañado por su padre, originario del municipio de Nezahualcóyotl Estado de México, al resbalarse en la pista se cayó, lo que provocó que al pegarse en la cara se le abriera una ceja y fluyera sangre.
Lo que a continuación se observó fue que personal acreditado del Gobierno del Distrito Federal, dentro de la pista de hielo cercó con sus brazos al infante. Posteriormente, a través de radios se llamó a personal de salud, que ingresó de inmediato en la zona con una silla de ruedas. Cargaron al menor, lo sentaron en la silla, lo llevaron a servicios médicos y de inmediato se le dio servicio.
Dicho sea de paso, el caso de este pequeñito en servicios médicos, permitió a Quadratín México, dar constancia que al menos en el horario de en la mañana, se cuenta con tres médicos de la Secretaría de Salud, además de personal del ERUM, y paramédicos, quienes igualmente ofrecieron su apoyo a una jovencita no mayor de 18 años quien se dobló un tobillo y también tuvo que ser auscultada por personal médico.