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Desempleados y sin calzones
MÉXICO, DF, 14 de enero de 2015.-Ay, amigos y amigas. Acá en México los voceros oficiales y los lirones que no faltan en la prensa se congratulan, presumen, porque México es el miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico con la menor tasa de desempleo.
Este martes, las agencias de prensa divulgaron el reporte de esa organización que da cuenta de los niveles de desempleo en sus países miembros. Datos del organismo muestran que los países que presentaron las tasas de desocupación laboral más altas, en noviembre del año pasado, fueron España (24%), Portugal (14), Italia (13), República Eslovaca (13) e Irlanda (11%).
Según los datos de la OCDE, en noviembre, México se ubicó en el cuarto sitio entre las economías de ese gremio una tasa de desempleo de casi 5 %, por ciento que equivale a dos millones 443 mil personas sin trabajo. Con ello, la tasa de desempleo en México se ubicó por debajo del promedio para 32 países de la OCDE, que fue de 7 por ciento, y sólo fue superior a la de Corea, Japón e Islandia.
Por grupos de edad, la tasa de desempleo juvenil en México subió a casi 10% en noviembre y el desempleo entre los adultos disminuyó a 3.6 por ciento. El desempleo entre las mujeres se mantuvo estable en 5 por ciento y entre hombres no registró variación respecto de octubre, Se ubicó en casi 5 por ciento.
Así de bote pronto, sin reflexionar, el dato pudiera resultar alentador. El que países más ricos de México experimenten tasas de desempleo abierto más abultadas. Sin embargo, la jugada es horriblemente engañosa. No es lo mismo 2 millones de desempleados en una economía extremadamente injusta como la mexicana, que 2 millones de parados en la economía española. Y eso que la economía española está en la olla por obra y gracia de Rajoy.
Para empezar, los españoles y las españolas que se quedan en la calle, sin empleo, sin prestaciones, sin vacaciones, sin seguridad social, sin nada, gozan del seguro del desempleo y un seguro muy bien remunerado.
Los trabajadores mexicanos desempleados quedan desamparados hasta de la mano de dios. El Congreso de la Unión aprobó recientemente un pinchurriento salario de desempleo poquito más de mil pesos mensuales. Y qué chingaos puede hacer un desempleado por la crisis con esa cantidad.
Es verdaderamente ridícula, absurda, la comparación entre la economía mexicana y las economías de países en mala situación pero que forman parte del primer mundo. Por muy mal que estén las economías de España, Portugal, Italia, República Eslovaca e Irlanda, en esos países los desempleados no pasan hambre como si la sufren, y no sólo los más de dos millones de desempleados mexicanos, sino muchos millones de empleados que no reciben un salario remunerador, ni gozan de vacaciones pagadas, ni de seguro social. Ni tienen derecho a escalafones o a acumular tiempos, años, para obtener una jubilación con una pensión remuneradora.
Cuán lejos estamos de la realidad. Inventamos los mexicanos. Qué digo. Inventan los miembros de la clase política una realidad ficticia, inexistente, fantasiosa. Y es que no sólo son los dos millones y cacho que no tienen empleo. Es que somos millones con trabajo pero con un trabajo injusto.
Qué horrible. Por qué asuntos como el desempleo son temas de recurrente reflexión en las plazas públicas. Por qué aún no trascienden los mexicanos esa etapa de las simulaciones. El desempleo es grave, gravísimo. Pero también los trabajadores empleados sobreviven con salarios de hambre. Millones de trabajadores se ven en la necesidad de fugarse a la economía subterránea, sencillamente porque los salarios que perciben en la economía formal no les ayudan en mucho.
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