Diferencias entre un estúpido y un idiota
Se cayó de la nube en que andaba…
MÉXICO, DF, 22 de enero de 2015.- Los precios del petróleo mexicano han caído a alrededor de 38 dólares el barril, esto representó el nivel más bajo en años. El impacto en la economía será devastador y aun no se sienten sus consecuencias, las que dependerán del manejo macroeconómico que el gobierno realice.
Está aún por medirse con seriedad, pero seguro en los próximos meses aparecerá, en qué medida la Reforma Energética impuesta por el PRI y el PAN contribuyó al abaratamiento del hidrocarburo, ya que como sabemos la apertura de México a la exploración y explotación indiscriminada, necesariamente significó una mayor oferta potencial, que juega en la mesa. Si la reforma se hubiera restringido, como lo planteaba el PRD a un saneamiento y fortalecimiento de Pemex, conservando la propiedad de la Nación sobre el petróleo extraído, nuestro país aún tendría en sus manos un instrumento que le permitiría contribuir a modular la oferta. Esa herramienta, necesaria para el Estado mexicano fue desperdiciada con frivolidad por las prisas de quienes creían que el precio del petróleo sería eterno y desoyeron nuestras voces de advertencia.
Según el analista James McKeigue, el principal problema de México ahora es que, una baja persistente en los precios pone en riesgo los beneficios prometidos de la reforma energética que abrió la industria petrolera a la inversión extranjera, ésta simplemente no llegará en los próximos años.
Es un mercado con muchas ganancias: según el Departamento de Comercio de Estados Unidos en el primer semestre de este año las ventas de crudo de la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex), a ese país, su principal cliente, fueron de 14 mil 500 millones de dólares.
Y en el 2013, la paraestatal Comisión Federal de Electricidad (CFE), vendió energía por más de 13 mil millones de dólares a las industrias, comercios y grandes empresas del país, sin contar los ingresos por el servicio a 37.3 millones de hogares.
Sin embargo, el precio del petróleo está en caída libre. Los motivos del desplome son varios, y van desde las nuevas técnicas de extracción que elevan la producción (como la fractura hidráulica), a las recientes exportaciones de EEUU o la mayor oferta desde países como Libia e Irak.
Aquellos países con gran dependencia energética serán, en principio, los principales beneficiados de unas facturas entre el 20 por ciento y el 30 por ciento más baratas. No es cuestión de qué países consumen más, sino cuáles se ven obligados a importar más barriles y, por tanto, a pagarlo a precios más caros.
Si el barril vale un 26 por ciento menos, ¿significa que un ciudadano que reposte gasolina pagará el 26 por ciento menos? La respuesta sencilla es: No.
Para México la baja de precios se traduce en una reducción de sus ingresos. El precio del crudo mexicano sufrió un desplome del 46 por ciento desde sus máximos registrados en 2014, la mezcla mexicana se colocó en diciembre en 54.40 dólares por barril, en los primeros semanas de 2015 ha llegado a 38 dólares por barril, este es el precio más bajo desde mayo del 2009. La explicación sobre la caída del precio del petróleo es sencilla: hubo un incremento en la oferta (a nivel mundial se está produciendo más petróleo y en ello influye la reforma energética de México), mientras que, por otro lado, bajó la demanda.
Los estadounidenses han tenido un auge de proyectos de gas shale que ha incrementado su producción en un 60 por ciento en los últimos 6 años. Además, según el profesor de economía en Harvard, Martin Feldstein, la aprobación de la reforma energética en nuestro país y el desarrollo de recursos no convencionales en Canadá han generado mayores expectativas de producción en el mercado, es decir, se cree que habrá más hidrocarburos de los que ahora se producen, lo cual hace que no se quieran comprar hidrocarburos muy caros cuando de hecho, en Medio Oriente, se pueden conseguir muy baratos.
Videgaray ataca de nuevo
En un intento de amortiguar mediáticamente el golpe, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray afirma mendaz, que la caída del petróleo no afectará nuestras finanzas del próximo año porque contamos con una cobertura total de los ingresos petroleros del 2015. Lo cual, como se acaba de aclarar es falso, porque el seguro solo cube alrededor del 60 por ciento de la producción quedando al mercado el otro 40 por ciento. Además: no dice nada del 2016 y la OPEP ya dijo que la situación seguirá igual hasta el 2017.
Esto significa que nuestro país recibirá 79 dólares por barril sólo por seis de cada diez barriles, en tanto que el precio de mercado por los otros cuatro.
Luego que la OPEP anunció sus estimaciones de que habrá una contracción del 6 por ciento en los volúmenes de compra, la Bolsa Mexicana de Valores cerró en diciembre con una caída del 2.28 por ciento, la peor registrada desde junio del 2013. Es claro que la reforma energética no traerá los beneficios a largo plazo que prometieron y al contrario, tuvo efectos que podría afectarnos económicamente más de dos años.
Pobres, pero dadivosos.
Petróleos Mexicanos confirmó que comunicó al gobierno de Estados Unidos su interés por importar hasta 100 mil barriles diarios de crudos ligeros y condensados de petróleo para aprovechar la oportunidad comercial que presenta el incremento significativo de la producción de ese tipo de energéticos y la reconfiguración de los sistemas de refinación en México, además de la elevada integración de la petrolera mexicana al mercado estadunidense.
El intercambio propuesto a Estados Unidos, de acuerdo con un cable informativo de la agencia Reuters, podría ocurrir en el primer trimestre del 2015, según una fuente de Pemex. Se estima que el intercambio comenzará en el primer trimestre, entre finales de febrero y marzo.
Hasta el 2013 Estados Unidos se mantenía como el principal destino de las exportaciones de petróleo crudo mexicano, con un volumen ligeramente superior a los 800 mil barriles al día. Poco después de que los presidentes Enrique Peña Nieto y Barak Obama se reunieron en Washington, la secretaria de Comercio estadunidense, Penny Pritzker, dijo que su gobierno sostenía discusiones con funcionarios de México para exportar crudo liviano a su vecino del sur. En el mercado internacional los crudos ligeros son los más cotizados porque de éstos se obtienen productos de alto valor como son los combustibles (gasolina y diesel). Bajo este paradigma los crudos pesados y extra-pesados tienden a ser de menor precio. Es decir le venderemos petróleo crudo a bajo precio y ellos nos venderán el de mayor precio. Eso para ayudarlos, porque tienen cerrado el mercado para su petróleo.
La caída libre del barril
La mezcla mexicana de petróleo regresó a los 45 dólares Sin embargo, el Banco Mundial pronosticó que los precios del petróleo se mantendrán bajos a lo largo de este año y sólo se elevarán de forma marginal en 2016, aunque para éste organismo, la caída de los precios del crudo puede tener beneficios “significativos” para los países importadores en desarrollo, si viene respaldada por un mayor crecimiento global. En ese contexto, las empresas petroleras alrededor del mundo están evaluando los proyectos que tienen en puerta para ver cuáles son los más rentables, por lo que estarán cancelando inversiones.
México no está dentro de sus prioridades de inversión pese a la actitud del gobierno mexicano de abrir a la exploración privada aguas someras y campos terrestres según informó la Secretaría de Energía. Al tiempo que reconoció que “las áreas que no serán tan atractivas serán en aguas profundas porque como en campos maduros ya no se tiene que explorar, será más rápido”. O sea la reforma energética no va a servir para que las transnacionales inviertan en aguas profundas, como lo anunció el PRI y el PAN, sino que para que exploten donde Pemex ya lo hacía. Por lo tanto es un fraude y un despojo, porque la pretendida necesidad de tecnología especializada no se va a concretar por lo menos en los próximos diez años. Lo que sí habrá será una competencia desleal contra Pemex en espacios que debieran seguir destinados a la explotación por el Estado mexicano.
En contraste, mientras de enero a diciembre, a los estadounidenses les bajaron los precios de la gasolina 20 por ciento, a los mexicanos nos la aumentaron más de 6.0 por ciento.
Es una decisión enteramente presupuestal cambiar el precio del combustible en beneficio del pueblo. Porque los diputados del PRI y el PAN no quieren, los votos de la izquierda no alcanzan para cambiarlo ¿pero por qué no quieren? Dicen que cada vez importamos más gasolina y su precio se eleva. Pero esa versión se debilita. La cantidad de barriles de gasolina que exporta Estados Unidos a México disminuyó 18 por ciento desde el récord de 2011. La caída del precio de la gasolina en Estados Unidos de este año es de tal dimensión que opaca el alza del dólar con el que lo pagamos.
Es inaceptable que paguemos a catorce pesos el litro de gasolina, mientras en EEUU está a ocho. Que el Gobierno Federal importe gasolina barata y la venda cara, para con la diferencia financiar su gasto corriente o peor, en gatos de campaña electoral transferidos a trasmano por funcionarios a políticos del partido oficial. Pero para que cambie esa política perniciosa, se requiere que el PRI y el PAN, los partidos de la derecha, no tengan mayoría en la Cámara de Diputados. Los anuncios del gobierno decían que con la Reforma Energética iban a bajar los precios del combustible, luego cuando vieron que no les convenía, empezaron a salir con que no iba a bajar de inmediato, que habría que esperar.
En 2008, durante el debate que abrió el mercado a la inversión privada en refinerías se nos dijo por la dupla de la derecha que vendrían a invertir en refinerías las grandes transnacionales, Hasta Calderón se anotó para construir una para lo cual sometió a concurso el lugar poniendo a competir a los gobernadores que debían entregarle el terreno para instalarla. La inversión privada no llegó nunca a las refinerías, Calderón se fue dejando sin empezar la refinería en Hidalgo, donde supuestamente se construiría. Peña Nieto ya anunció nuevas inversiones y así de promesa en promesa y de fraude en fraude, se sigue por la derecha sin entender que la interminable voracidad de los capitalistas jamás se conmoverá de los proyectos de desarrollo. Lo hemos dicho desde la izquierda: Si México tuviera más refinerías instaladas por Pemex, habría más gasolina mexicana y su precio bajaría rotundamente.
A principio de año congelaron los gasolinazos, pero espérese usted a que pasen las elecciones y luego de que la derecha obtenga otra vez mayoría, mientras la despensa o la dádiva que repartan para comprar el voto, les va a durar a los aprovechados unos cuantos días, a todos los mexicanos lo que nos quedará es ver como reverdecen los gasolinazos en todo su esplendor. Esta es una cuestión que debe estar en el debate de la próxima elección de junio. Los mexicanos que se conformen con poco serán los responsables de que, otros 3 años, todos sigamos pagando la gasolina cara. Así ni llorar será bueno.