
Las pugnas arancelarias y el efecto Trump
OAXACA, Oax. 3 de febrero de 2015.- Albertito tiene 8 años y cursa el tercer grado de primaria en una escuela oficial, vive con sus padres, los dos trabajan en un afán desmesurado de “tener una mejor calidad de vida”, son jóvenes, sus edades fluctúan entre los 25 y 28 años; además tiene una hermanita que aún no llega al año de vida.
Su padre desde muy temprano enfatiza la lentitud que tiene para hacer las cosas, el golpe en la cabeza acompaña las instrucciones de lávate, péinate, desayuna, vámonos, etcétera. Así es el preámbulo matutino.
Por la tarde come en la casa de la abuela materna solo con su papá, claro que durante la comida no hay diálogo porque su papá esta afanado con el teléfono, medio de comunicación de su trabajo, y a la hora de la comida “es indispensable”.
A Alberto la tarea es lo último que se le ocurre hacer en tanto su mamá no se presente; pero en cuanto llega, los sonidos ondulantes que llegan a sus oídos y se desplazan a su cerebro vertiginosamente no alcanzan la misma velocidad en su aparato locomotor, que parece que se mueve en cámara lenta.
Rápido la tarea, rápido báñate, rápido porque ya nos vamos a la casa… todo esto en medio del llanto de su pequeña hermana que también requiere atención y la retahíla “no obedeces, ¿por qué no obedeces?”
Al llegar a su casa su mami se hace cargo pero del quehacer de la casa, no de ellos; en la noche llega su papá muy cansado y sin ganas de revisar tareas o leer un cuento, solo quiere relajarse y ver televisión.
¿Y qué pasa con aquello que no entendió en la escuela? No importa, porque como va a una escuela oficial a la profesora jamás le importará lo que él haya aprendido, pero ¿y a sus padres?…. tampoco, ellos tienen prisa de “tener una mejor calidad de vida”.
Él ha entendido que no haciendo preguntas, no interfiere en el ritmo de “lo rápido…” todo se vuelve tan sin sentido en su pupitre, viendo a la maestra, saca discretamente sus pequeños luchadores y estos encarnizan una terrible pelea, en donde uno de los dos tiene que morir.
Si la maestra se da cuenta y se los quita la pelea seguirá en su mente.
La esfera única en la cual transcurre la vida del hombre desde su nacimiento posee su propia organización de tiempo y espacio y constituye un mecanismo flexible, dinámico y creciente de cognición, de acuerdo con las circunstancias concretas de cada condición social o individual. En el niño el tiempo es más lento, su tiempo con nuestro tiempo no se marcan en el mismo cronómetro.
Una de las neo formaciones básicas de la edad preescolar (de acuerdo a la histórico cultural) es la actividad voluntaria. O sea, la posibilidad de seguir los objetivos establecidos en el plano externo o interno. Es tan importante que haya una adecuada motivación para que surja el deseo de manera gradual de realizar actividades más allá del juego: el aprendizaje y la competencia.
Cuando ingresa a la primaria ya está supliendo la etapa afectiva a la etapa de aprendizaje y competencia, (la técnico–operacional de acuerdo con Luis Quintanar) ya estamos hablando entonces de una motivación no solo interna, que es la más importante, también externa.
El éxito de la actividad de enseñanza–aprendizaje tiene que ver con la motivación, ésta se genera a través de la adecuada diferencia que debe haber entre el preescolar y la primaria y reforzar los garabatos, cuentos, dibujos, actividades artísticas y culturales del infante, para darle un sentido a sus trabajos que le permitirán alcanzar el siguiente ciclo.
Estar presente en estos primeros trabajos motiva y dan lugar a la actividad voluntaria. Alberto no tiene esta capacidad de hacer solo sus tareas, porque sus padres no han comprendido la importancia de elegir ayudarlo, en relación a otros espacios, que sí tenemos.
Siempre hay un tiempo para las prioridades, pero hacemos elecciones equivocadas.
Alberto no tiene bases, no lo encauzaron, no puede autorregularse y cada vez es más aburrido ir a la escuela.
Cualquier tema que quieras que se desarrolle, me lo puedes enviar a:
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Eréndira Edgar Vargas
El taller literario inicia el viernes 6 de marzo 2015