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Gobernador a la carta: ¿De dos o de cinco años?
OAXACA, Oax. 15 de abril de 2015.-El pasado 30 de marzo, se dio cuenta de una iniciativa de cinco diputados locales del PRD en el Congreso del estado de Oaxaca, presentada por Sergio López Sánchez y respaldada por Jesús López Rodríguez, Anselmo Ortiz García, Irais Francisca González Melo y Vilma Martínez Cortés, por la cual se propone que, al armonizar la legislación electoral local a las últimas reformas constitucionales, para garantizar la concurrencia de las elecciones locales y federales en un mismo año y fecha en el 2018, en este próximo 2016 se elija un Gobernador que dure en su encargo cinco años. En el cuerpo de la iniciativa se propone también el tema de la reelección por cuatro periodos de los diputados locales y de concejales de ayuntamientos por dos periodos.
Por su parte, una periodista comentó en su columna del pasado lunes 13 que “Ya hay dictamen para Gobernador de dos años” presuntamente aprobada por la Comisión Permanente de Puntos Constitucionales, que preside nada menos que un diputado del PRD: Jaime Bolaños Cacho- en lo que constituiría uno más de los ejemplos de la pluralidad interna de este partido-; para luego agregar que una fuente del PRI le había dicho que éste último Grupo Parlamentario se orientaba por” mantener la Constitución como está”- es decir el PRI no querría hacer concurrente la elección de Gobernador con las elecciones federales ni en el 2018 ni en el 2021.
El día de hoy se clausura el periodo ordinario y no se tratará el tema. Una fuente confiable asegura que será en mayo cuando se realice un periodo extraordinario para discutirla y aprobarla.
Hacer un cambio de fechas sólo por conveniencia, como traje a la medida para un precandidato resulta totalmente inmoral frente a los graves problemas que enfrenta nuestro estado.
A primera vista hacer dos procesos electorales de Gobernador, con el gasto que esto implica en menos de dos años, se me presenta como un abuso de los políticos en contra de los ciudadanos que desean abrir un camino, reparar una escuela o simplemente un empleo formal y permanente, ya no digamos para aquellos que lo único que piden es tener un bocado para sobrellevar el día. Ello puede conducir a un periodo de inestabilidad muy explosivo, en el que mayoría del pueblo no tendrá certeza de las acciones de quien encabeza su gobierno, además de que a éste le será imposible, con los tiempos de la burocracia, ejercer a cabalidad el Poder Ejecutivo y aun el Presupuesto. La ingobernabilidad, tan buscada por el priísmo para imponer un títere aprovechando su mayoría en el Senado tendría las puertas abiertas.
La prudencia es la principal virtud del Príncipe- dijo Maquiavelo – y es la que debe guiar a las demás virtudes. Por ello es importante que la decisión que determine la duración del próximo periodo gubernamental descanse en el interés de Estado- como lo habría querido el mismo Maquiavelo- y no en el mero cálculo político o el interés individual- como lo quisieran los tergiversadores, utilitaristas y peores lectores, del florentino.
Esto implica considerar que el pueblo de Oaxaca está muy lastimado por las decisiones y acciones de pésimos políticos que han protagonizado los últimos sexenios, en el cual, a las fuerzas democráticas y progresistas, portadoras de un auténtico proyecto de transformación nos ha sido difícil hacernos oír.
En 1998, planteé
“…Lo que necesita Oaxaca es un nuevo consenso social para el desarrollo. Los consensos, derivados de la Revolución Mexicana, de la Constitución del estado de Oaxaca, están rotos. Y la dinámica de confrontación de fuerzas que tienen proyectos diferentes, ha conducido a un rompimiento de la estabilidad en Oaxaca y a la existencia, simplemente de una dinámica de sustitución, confrontación, sujeta permanentemente a presiones”. Conferencia con ex alumnos de la UNAM. (Versión estenográfica) pág. 3.
“…Es decir, si la reforma política se sigue conteniendo, si la participación ciudadana no la institucionalizamos, no la ordenamos, no la encauzamos y le damos cuerpo en proyectos realizables, en acciones, en la realización de los mismos proyectos, tendremos una sociedad que encontrará causes de participación externos, fuera del poder, y finalmente tendremos un poder completamente ineficiente, que no será posible que impulse absolutamente ninguna de sus iniciativas y encuentre eco dentro de la sociedad”. Ibídem pág 5.
A 17 años pareciera que lo dije ayer, porque casi nada ha variado. La reforma política que requiere nuestro estado debe ser resultado de un proceso de construcción del consenso social que reconcilie los sectores confrontados por el interés de grupo y establezca de manera genuina el interés general de la democracia y el desarrollo por encima de todos. Esto era una tarea del Gobierno de Transición por el que luchamos en 2004 y 2010.
Constituye una asignatura pendiente que la Coalición ganadora y su Gobierno tenemos con el pueblo de Oaxaca. De aquí a mayo, en medio de la campaña electoral polarizante en la que nos encontramos, será más fácil que el cálculo político se imponga.
Si construir el nuevo consenso social fuera la condición para la existencia de un Gobernador de dos años, sería suficiente para justificar la reducción del periodo hasta ese extremo. Operar los auténticos consensos, no por medio de consultas simuladas, cuyas conclusiones se ajustan en un gabinete por presuntos expertos, sino mediante un debate abierto y plural que establezca los alcances del desarrollo estatal y comprometa al cumplimiento de líneas de acción específica a cada grupo político, a cada sindicato o movimiento de masas junto con los compromisos del Gobierno, en las condiciones de fragmentación, confrontación y escepticismo social en que se encuentra la entidad, pareciera un ejercicio inviable. No obstante es un paso necesario para el advenimiento de una gobernabilidad democrática de largo alcance.
De otro modo pueden pasar dos generaciones más de profesores que seguirán permanentemente en plantón en las calles de la capital, mientras los comerciantes del centro, que viven del turismo seguirán quejándose del riesgo de la quiebra en la que permanecen, mientras falaces intermediarios solo se dedican a “patear el bote” y el resentimiento crece; en tanto la economía estatal decae y seguimos dependiendo de las participaciones presupuestarias de la Federación.
Mantener la Gubernatura de seis años, como aparentemente lo proponen diputados priístas es regalarle a ese Partido un bono para que puedan argumentar la ineficiencia de las fuerzas gobernantes.
Por ello manifiesto mi respaldo a la propuesta que realizó la mayoría de los diputados del PRD de una gubernatura de cinco años. Permitiría al nuevo Gobierno generar el nuevo consenso social, imposible en el sexenio que declina; con el tiempo suficiente para ejercer acciones derivadas de este y evaluarlas, corregirlas, encausarlas. Por lo pronto, la reflexión puede orientar salidas creativas, aun no contempladas, de aquí a mayo. Si es que el debate y el calor de la contienda lo permiten.
Eloí Vázquez López es Consejero Nacional del PRD desde su fundación.
Twitter: @eloivazquez