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MÉXICO, DF, 17 de mayo de 2015.- Hace 14 años un grupo de empresarios japoneses llegó a México. Eran ejecutivos de la firma automotriz Toyota.
Habían mirado un terreno en una planicie de Celaya (Estado de Guanajuato, centro de México) para instalar una planta para ensamblar coches. Sus planes tuvieron que esperar más de una década, publica El País en su portal.
A sus inversiones se les atravesó la crisis económica mundial de 2008, el tsunami de 2011 y los movimientos de su competencia: la también japonesa Honda compró el terreno en el que estaban interesados y abrió antes su fábrica de coches.
El pasado abril Toyota pudo, finalmente, anunciar la construcción de su planta armadora de automóviles en Guanajuato, señala El País.
La región se ha transformado en la última década en un imán para la inversiones automotrices de empresas japonesas. A Honda, Mazda y Toyota se les han sumado 81 compañías proveedoras de insumos del país oriental.
Las firmas niponas han abonado al crecimiento económico de Guanajuato y también han llevado un cambio cultural con la migración de 2.000 japoneses a Guanajuato.
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