Día 22. Palacio perdió dominio de la agenda de la crisis
MÉXICO, DF, 2 de junio de 2015.- La gran reforma funcional del organismo encargado de las elecciones fue cuando pasó del control absoluto del gobierno como Comisión Federal Electoral hasta 1992 en que quedó en manos de consejeros ciudadanos sin intervención del poder ejecutivo. Pero la gran contrarreforma electoral se dio en el 2002 cuando los partidos tomaron por asalto el manejo del IFE.
El Instituto Nacional Electoral es un Frankenstein nacido del PAN de Gustavo Madero; la reforma electoral del 2014 fue exigida por el panismo como condición previa al voto a favor de la reforma energética. Pero en descargo, el INE surgió de los errores anteriores del IFE y le agregó otros.
El organismo electoral responsable de las elecciones del 7-J nunca ha podido ser una institución independiente del gobierno ni de los partidos. Su configuración ha permitido que los partidos como tales y partidos representados en el legislativo tengan un asiento en el consejo general y por lo tanto los involucrados en las elecciones sean al mismo tiempo miembros de la comisión de arbitraje. Este mecanismo fue inventado por el PRI en la reforma de 1989 para impedir un organismo electoral sin interferencia de los participantes directos en las elecciones.
Uno de los defectos del IFE-INE ha sido la designación del consejero presidente: luego de la etapa de funcionarios -1989-1996-, el IFE-INE ha tenido cuatro presidentes y un interino; y de los cinco, cuatro han sido académicos sin experiencia pública; José Woldenberg tuvo militancia política en el PRD y en el sindicalismo universitario y ha sido el que mejor ha salido de su cargo electoral. Los demás -Luis Carlos Ugalde y Leonardo Valdez Zurita- fueron cesados por errores en el manejo de elecciones presidenciales. El actual, Lorenzo Córdova Vianello, ha tenido más errores que aciertos.
El INE se encuentra secuestrado por los partidos, y no solamente porque acuerdos entre los partidos permiten la designación de consejeros y del consejero presidente. Los partidos participan con un representante y a través de representantes de las dos cámaras pero en función de partidos. Así, el consejo general del INE está formado por veintinueve consejeros: un consejero presidente, el secretario ejecutivo, diez consejeros electorales, siete representantes partidistas de las dos cámaras y diez representantes de los partidos registrados.
Mientras el árbitro electoral tenga en su autoridad máxima a los partidos, ninguna autonomía le permitirá regular las elecciones en las que participan los partidos. La partidocracia se probó el 18 de febrero de este año cuando los representantes de siete partidos -no estaban aun los nuevos- abandonaron el consejo general en protesta por decisiones de los consejeros no partidistas. Ahí el INE fue doblegado por los partidos.
El consejero presidente ha carecido de experiencia, fortaleza personal y carácter para tomar las riendas del instituto y someter a los partidos a los criterios de los consejeros electorales no partidistas. Académico sin brillo -ver “Lorenzo Córdova; vicios privados, virtudes públicas”, en Revista Indicador Político No. 55, noticiastransicion.mx-, funcionario improvisado, investigador medio de temas electorales, Córdova ha quedado de rehén de la estridencia de los partidos.
Como toda reforma electoral dura sólo un proceso electoral, la próxima tendrá que tomar la gran decisión de echar del consejo general a los partidos y a los representantes del legislativo y constituirse en un organismo autónomo sin presencia mediática. El error de la reforma del 2014 fue mantener la misma estructura anterior y a los mismos consejeros que ya habían fallado.
El árbitro electoral debe ser autónomo de los agentes políticos a los que regula y debe estar formado por funcionarios sin mediación político-partidista. Ha sido una aberración que el consejo general del IFE-INE tenga a partidos políticos con voz, voto en el Congreso y mecanismos de presión para obligar al instituto a someterse a los caprichos de los partidos. Y el asunto es peor cuando los consejeros electorales ciudadanos han debido de pactar sus nombramientos con los partidos en el congreso.
Famosas últimas palabras: “El desplome electoral del Partido Popular fue por la corrupción y el martilleo constante (de ese tema) por las televisoras”: Mariano Rajoy, presidente del gobierno y líder del PP derrotado en las elecciones del domingo 24 de mayo.
Es pregunta: ¿por qué nadie le creyó al consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello, su disculpa a los indígenas y por qué nadie ha analizado su lenguaje de chavo Ibero?
La crisis que viene: El The Wall Street Journal acaba de revelar un peligro aumento de la inseguridad y delincuencia en EE.UU. rebasando a los policías y como reflejo del racismo y el narcotráfico.
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@carlosramirezh