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JUCHITÁN, Oax. 5 de julio de 2015.- Oaxaca es el estado del país como mayor población indígena y diversidad étnica, pero los sistemas de salud carecen de personal bilingüe, lo que dificulta una adecuada atención a la salud y la comunicación médico-paciente, indicó investigadora en psicología y salud de la UNAM, Minerva Saldaña Téllez.
De acuerdo con datos estadísticos, en México mueren alrededor de 4 mil mujeres al año por cáncer cervicouterino, enfermedad que ocupa el segundo lugar de mortalidad en tumores malignos en México.
Oaxaca es el estado mexicano con mayor muerte por esta enfermedad, mientras que Juchitán está considerado entre los municipios de mayor riesgo para desarrollar este tipo de cáncer.
Saldaña Téllez detalló que el índice de edad está bajando y cada vez más mujeres jóvenes y en edad reproductiva desarrollan la enfermedad, lo que trae implicaciones a nivel psicosocial, ya que hay muchos cambios en la familia.
Se han realizado estudios y documentado las barreras en las pruebas de tamizaje, como la toma del papanicolau, la colposcopia y la captura de híbridos en poblaciones minoritarias y vulneradas como la indígena.
“A pesar de la diversidad étnica de nuestro estado, se carece de información relacionada a dichas barreras, sin embargo en otros países se ha documentado que uno de los principales obstáculos para que las mujeres accedan a estos programas es la lengua. Por ello, sugieren y recomiendan que los servicios de salud incorporen interpretes y traductores para facilitar la comunicación entre médicos y pacientes”, explicó.
La maestra en psicooncología se refirió a algunos casos particulares en Juchitán, en donde la mujer ya diagnosticada de cáncer cervicouterino es tratada en un mundo médico ajeno a sus creencias, a su visión y donde no puede comunicarse, ni preguntar sus dudas porque es monolingüe.
Otra situación dijo, es que las mujeres zapotecas no acuden a los centros de salud por temor a no poder expresarse en español, lo que retrasa el diagnóstico oportuno y puede terminar desarrollando la enfermedad.
Lo anterior es un ejemplo de la gravedad del problema y la importancia de incluir intérpretes al sistema de salud , así como la preocupación de acercar y sensibilizar a las diferencias culturales para avanzar un paso más a mejorar los programas preventivos.
Recalcó que existen además otras barreras para las pruebas de tamizajes como cuestiones estructurales que tienen que ver con la dificultad a los accesos de servicio, falta de personal capacitado, falta de material médico, cuestiones sicosociales como miedo, vergüenza, ansiedad relacionadas a las pruebas, aspectos culturales como mitos y creencias asociadas a la enfermedad.